EE UU y sus aliados derribarán a partir de hoy los aviones iraquíes que sobrevuelen el sur del país
El presidente norteamericano, George Bush, anunción ayer la aplicación, a partir de hoy y en coordinación con otros países que formaron parte de la coalición internacional durante la guerra del Golfo, de una zona de exclusión en el sur de Irak sobre la que queda prohibida cualquier actividad aérea por parte de las Fuerzas Armadas iraquíes. La medida será aplicada al sur del paralelo 32 y está destinada a proteger la población shií que reside en esta zona. La creación de esta zona sufrió varios retrasos en los últimos días por las dudas surgidas entre algunos de los aliados árabes, que temen una participación de Irak.
El presidente George Bush lanzó ayer un ultimátum a Sadam Husein al anunciar el establecimiento a partir de las 16.44 de hoy (hora peninsular española), de una zona de exclusión aérea en el sur de Irak. A partir de ese momento, los aviones de la coalición internacional iniciarán misiones de vigilancia al sur del paralelo 32 con el fin de asegurar el cumplimiento de esta medida.Bush dijo que se había visto obligado a tomar esta decisión que ayer mismo le fue comunicada al Gobierno de Bagdad después de que en los últimos meses se hubieran acumulado pruebas de que el régimen iraquí había desatado una "feroz represión" contra la minoritaria población shií, en el sur de Irak.
Esos ataques, según Bush, constituyen una clara violación de la resolución 688 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, aprobada tras la guerra del Golfo, y que exige a Sadam Husein detener la represión contra su propia población.
El presidente norteamericano dijo que la zona de exclusión estará en vigor hasta que lo decidan los miembros de la coalición internacional, y no descartó "otras medidas" contra Irak si el régimen de Sadam Husein insiste en violar "esta u otras resoluciones de las Naciones Unidas".
No a la partición de Irak
George Bush no especificó qué tipo de represalias se utilizarán si Irak insiste en la violación de las resoluciones de la ONU, pero advirtió "que nadie dude de que se responderá con decisión". Tampoco precisó cómo pensaba evitar un ataque por tierra por parte del Ejército iraquí contra la población shií, aunque reconoció que esa era una de sus principales preocupaciones.
Bush también aseguró que el establecimiento de una zona de exclusión al sur del paralelo 32 no supone que Estados Unidos reconozca el derecho de la minoría shií a dividir permanentemente el país por debajo de ese punto. Tratando de tranquilizar a Irán y los países árabes, que habían expresado en los últimos días su preocupación por la creación de un nuevo Estado shií en el sur de Irak, el presidente norteamericano dijo que su Gobierno "ratifica el apoyo a la unidad. de Irak".
Desde antes de anunciarse la zona de exclusión, el Pentágono, norteamericano tuvo conocimiento del traslado de los aviones y helicópteros iraquíes hacia el norte del país.
La prensa estadounidenses informaba ayer, sin embargo, que los servicios de espionaje detectaron la presencia de varios aviones Mirage justo al norte del paralelo 32 con objeto, al parecer, de hacer pequeñas incursiones en el sur para defender, al menos testimonialmente, la soberanía iraquí en esa zona.
Una de las pocas preguntas que Bush aceptó en la conferencia de prensa de ayer es la que se interesó sobre por qué ha decidido el presidente esta escalada en el conflicto con Irak ahora y no antes o después. Bush respondió que el calendario no ha sido decidido por él sino en las consultas con los países aliados, pero eso no acaba con las sospechas de que el presidente ha acelerado esta crisis para sacarle rentabilidad electoral.
El mismo día que Bush anunciaba la zona de exclusión en Irak, el diario The New York Times publicaba una nueva encuesta electoral en la que el candidato demócrata, Bill Clinton, vuelve a contar con 15 puntos de ventaja sobre Bush, quien parece no haber podido consolidar el crecimiento que consiguió la pasada semana tras la convención republicana.
El mismo periódico había publicado hace diez días que George Bush tenía previsto un acto de provocación contra Irak que condujera a una acción militar con el fin de recuperar su popularidad antes de las elecciones.
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