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Alemania no podrá alcanzar el 2% de crecimiento previsto, según los expertos

Los indicadores económicos en Alemania, conforme se acerca el inicio del curso político, se mantienen tercamente negativos, desmintiendo las previsiones del Gobierno que prometían una mejora tras el verano. En estas perspectivas coinciden, incluso, los partidos de la coalición gobernante, que empiezan a hablar ya abiertamente de recesión. Todos parecen estar de acuerdo en que no se va a conseguir el 2% de crecimiento previsto para la economía alemana en 1992, que la inflación superará el 4%, y que el desempleo aumentará.El presidente de los liberales (FDP), el conde Otto Lambsdorff, presentó un largo informe en el que critica duramente la política económica del Gobierno y pide cambios en la política social. Lambsdorff aseguró que su informe es "un ataque contra las falsas pretensiones, las falsas promesas y las falsas esperanzas". "La recesión", dice, "sólo se podrá evitar si se logra coordinar mejor entre sí los diferentes campos de la política, reducir las pretensiones a la realidad y definir de nuevo las prioridades".

Asimismo, el periódico económico Handelsblatt publicaba ayer una entrevista con Herbert Hax, catedrático de Economía de la universidad de Colonia y uno de los llamados cinco hombres sabios que asesoran al Gobierno en temas económicos, en la que aseguraba que las predicciones del Gobierno de Bonn sobre el crecimiento del PNB en este año no se van a conseguir. Según Hax, la única solución para salir de la espiral "a mayores salarios, mayores gastos sociales", consistiría en un aumento de los salarios de manera que los empleados corrieran con la totalidad de las cuotas de la seguridad social, liberando así a los patronos de la contribución.

Fondos estructurales

Por si estas lamentaciones no fueran suficientes, el Gobierno alemán, contribuyente neto a las arcas de la CE, quiere ahora recibir bastante más dinero procedente de los fondos estructurales comunitarios para el territorio de la antigua Alemania Oriental, ya que, según ha dicho Jürgen Kühn, un alto cargo del Ministerio de Economía, los cinco nuevos länder de la ex RDA son tan subdesarrollados como los cuatro países más pobres de la CE.

Alemania debe recibir 6.000 millones de marcos (400.000 millones de pesetas) por este concepto entre 1991 y 1993, mientras que los fondos estructurales comunitarios fueron de 35.000 millones de marcos en 1991. Según Kühn, que recordó que Bonn es contrario al aumento del presupuesto de la CE, el Gobierno alemán no pretende dejar de ser contribuyente ni erosionar la posición de los cuatro países -España, Grecia, Irlanda y Portugal- que se benefician mayormente de estos fondos, pero, añadió, "tampoco hay ninguna garantía sobre esta situación".

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