Una expedición científica inicia la travesía del Ártico para investigar la deriva de los hielos

El navío polar Frontier Sprit partió ayer de Söndre Strömfjord (Groenlandia) para realizar la travesía del océano Ártico hasta Nome, en Alaska, siguiendo la ruta norte oeste. El objetivo: realizar una cartografía detallada para comprender las trayectorias seguidas por los hielos. A bordo viaja Pierre Sauvadet, marino francés, explorador polar y fundador del instituto Mers Magnétiques, que se convertirá en el único hombre, junto con Roald Amundsen, que habrá dado la vuelta completa al Artico, ya que en 1991 hizo la ruta noreste para investigar una nueva vía comercial.

"Los viajes de Amundsen estuvieron separados por muchísmos años de intervalo", cuenta Sauvadet. "Para poder estudiar la deriva del hielo no hay que dejar pasar más de dos años entre expedición y expedición. Por el noroeste se han hecho unas 50 travesías, mientras que por el noreste, cuando emprendimos la ruta el año pasado con el Astrolabe, nadie había podido completarla desde que en 1940 un barco alemán se aventuró por la zona, pero sin llegar al estrecho de Bering".Sauvadet continúa explicando que durante años, porrazones políticas, había poco dinero para explorar el Artico, pero que con la desaparición de la URSS la situación ha cambiado. "La diferencia fundamental entre lo realizado en 1991 con el Astrolabe y lo que vamos a hacer ahora con el Frontier Sprit es que entonces el objetivo primordial era económico, estudiar la viabilidad de una ruta marítima que acortase sustancialmente (7.400 kilómetros) las distancias entre Europa y Japón; mientras que en esta ocasión lo primordial son las observaciones científicas".

La ayuda de un satélite

Para Olivier Reneau, que también'trabaja en el instituto francés Mers Magnétiques, detalla la importancia de la ayuda que van a recibir del satélite ERS-1, de la Agencia Europea del Espacio (ESA): "El satélite gira alrededor de la Tierra, pero de polo a polo, y lo hace 14 veces al día. Cada giro le permite tomar fotos durante 10 o 12 minutos. Tiene como prioridad vigilar la defórestación amazónica, pero va a dedicar tres minutos a fotografiar las aguas heladas del Artico. Las imágenes que capte para nosotros las enviará a Fairbanks, en Alaska, donde interpretarán los datos y los harán llegar al Frontier Sprit, todo en menos de dos horas. Para realizar la travesía noreste se necesitó la ayuda de rompehielos rusos. Ahora, con el satélite y las mediciones de grosor hechas in situ, el barco ha de ser capaz de encontrar un paso hasta Nome".

Pero, ¿qué interés tiene conocer los movimientos de las masas de hielo? "Es evidente que a las compañías petroleras", responde Sauvadet, Ies interesa conocer mejor el movimiento del hielo y las corrientes marinas. Pero los datos que obtendremos también son muy importantes desde un punto de vista oceanográfico, meteorológico y biológico. Lo que pasa con la capa de ozono debe investigarse desde el polo; la formación de los climas depende de lo que pasa ahí. Además, podremos estudiar cuál es el barco ideal para esos parajes".

El Frontier Sprit, aunque de propiedad japonesa, es gestionado por una sociedad norteamericana que organiza cruceros científicos en el polo. La llegada a Nome está prevista para el próximo 9 de septiembre.