Ferrocarril

En la sección correspondiente a nuestra comunidad, de la edición de Madrid de EL PAÍS, con fecha de 30 de julio, aparece, en el contexto de una amplia información que se refiere a los accesos a Madrid, la noticia de que se va a dar primacía al autobús (y, por tanto, a la carretera) sobre el ferrocarril, y que el estudio de un ramal ferroviario a Alcobendas y San Sebastián de los Reyes está parado. Ya se advierte que esta noticia no agradará a los amantes del ferrocarril.Personalmente, no me considero amante ni detractor del ferrocarril, ni tampoco de la carretera, tan sólo me gusta que se apliquen soluciones lógicas y que, antes de intoxicar con falsos argumentos, se mire, de una vez, lo que se ha venido haciendo en esa admirada Europa a la que nuestros políticos han dado en llamar "nuestro entorno". Una doble vía ferroviaria electrificada, que ocupa mucho menos espacio que una autovía, es capaz de transportar muchos más viajeros, de forma más cómoda, segura y puntual, con mucho menos coste y, naturalmente, con una contaminación nula. Además, la utilización de la red ferroviaria subterránea ya existente en Madrid, junto con el futuro Pasillo Verde, permite una amplia conexión con el metropolitano y el desplazamiento a prácticamente todas las áreas de trabajo y de ocio del casco madrileño. ¿Cuál es la razón para que no se mire a ciudades como París o Londres y sus respectivas áreas de influencia, y se cuente a los ciudadanos que no lo sepan cómo se efectúa el transporte dentro de estas áreas?

Una cosa es que se hayan despilfarrado los caudales públicos con económicamente ruinosas Expos y olimpiadas o faraónicos e innecesarios AVE, y ahora no haya dinero para ferrocarriles convencionales, y otra cosa es que se trate de vender al público la idea de que lo mejor son unos buenos autobuses por unos carriles reservados que, como cuestan tanto o más que la vía férrea, nunca se construirán.-