Regresa a la Tierra la misión franco-rusa de la estación 'Mir'
La nave espacial Soyuz TM-24 aterrizó suavemente ayer en territorio de la república ex soviética de Kazajstán, en Asia central. A bordo de la nave, llegaron los cosmonautas rusos Alexandr Viktorenko y Alexandr Kareli, así como también el francés Michel Tognini. El regreso pone fin a casi cinco meses de investigación de Viktorenko y Kareli en la estación orbital Mir, y a dos semanas de vuelo espacial de Tognini.
La Soyuz TM-24 tocó tierra a las 3.05 hora peninsular de España, 135 kilómetros al este de la ciudad kazaja de Dzhezkazgán. Los tres astronautas, que se encuentran en perfecto estado de salud, partieron después con destino a Moscú.El científico francés había sido lanzado al espacio el 27 del mes pasado, junto con Anatoli Soloviov y Serguéi Avdéyev. Estos dos cosmonautas rusos han reemplazado a Viktorenko y Kareli, quienes se encontraban en el espacio desde el 17 de marzo. Soloviov y Avdéyev, que permanecerán en la estación orbital Mir hasta enero de 1993, deberán instalar un motor de estabilización, para lo cual tendrán que realizar cuatro paseos espaciales. En uno de éstos retirarán la bandera roja con la hoz y el martillo que ondea en el exterior de la estación desde hace cinco años. El motor, que pesa 700 kilos, llegará a la Mir en una nave de carga Progress y servirá para que la estación siga en servicio hasta 1996, fecha prevista para su sustitución por la Mir 2.
Tognini, que es el segundo francés en viajar al espacio, realizó una serie de investigaciones bioquímicas y médicas. El vuelo de Tognini ha costado a Francia alrededor de 1.370 millones de pesetas -cinco veces menos de lo que hubiera costado volar en el transbordador norteamericano-, dinero que contribuirá al mantenimiento del arruinado programa espacial ruso.
Satélite 'Topex-Poseidón'
Por otra parte, el consorcio europeo Arianespace tenía previsto lanzar a última hora de ayer el satélite Topex Poseidón, de fabricación franco-norteamericana, que tendrá por misión el estudio de los 360 millones de kilómetros cuadrados de mares de la Tierra.
Gracias al satélite Topex Poseidón, los investigadores podrán conocer mejor la circulación oceánica, la dirección de las corrientes marinas y la medida de las olas, informa Efe. El satélite -de 2.500 kilogramos de peso y que mide 5,5 metros de largo, 2,8 de ancho y 1,80 de alto- ha costado 3.000 millones de pesetas.
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