Triste conmemoración
Desde el otro lado del Atlántico pensamos que 500 años de invasión no son para festejar, sino, por el contrario, para conmemorar con tristeza el más grande genocidio de la historia. No podemos pensar de otra forma cuando civilizaciones numerosísimas de culturas muy avanzadas fueron atropelladas y exterminadas por el solo hecho de ser diferentes. Por tal motivo, felicitamos a José Antonio Barroso, alcalde de Puerto Real, por la iniciativa del monumento a las víctimas de la invasión y damos fuerzas al artista ecuatoriano Osvaldo Guayasamín para que siga adelante en la concreción de tan noble proyecto emprendido.- María Dylatilde Ziliani y Pedro Enrique González.
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