EE UU refuerza su presencia militar en el Golfo

Las amenazas norteamericanas a Irak de los últimos días cobraron cuerpo ayer, cuando el Pentágono decretó el envío inmediato del portaaviones John F. Kennedy hacia la zona del Golfo y fijó el inicio de unas masivas maniobras militares en Kuwait para el próximo fín de semana. El Kennedy se sumará al portaaviones Saratoga, que está en el Mediterráneo, y al Independence, situado en el golfo Pérsico. La escalada militar no paró ahí. Estados Unidos decidió ayer el traslado desde Alemania de ocho nuevas baterías de misiles antiaéreos Patriot que reforzarán a la que ya está estacionada en Kuwait para proteger eventuales ataques de misiles desde Irak.

La demostración del poderío militar norteamericano llegará a su máximo apogeo el día que se cumple el segundo aniversario de la invasión del emirato, cuando se inicien las maniobras Eager Mace. Los ejercicios mi litares del domingo, que incluyen la práctica de asaltos anfibios, serán llevados a cabo por unos 2.000 marines apoyados por fuerzas aeronavales. El presidente estadounidense, George Bush, añadió ayer una nueva amenaza a la batalla dialéctica que mantiene con el líder iraquí, Sadam Husein Durante una visita a Michigan el presidente, que ayer se reunió por tercera vez en cinco días con sus principales asesores militares, dijo que puede que Sadam Husein "no lo sepa todavía" pero que "va a cumplir" con todas las resoluciones de la ONU.

La misión de Naciones Unidas encargada de la investigación del armamento iraquí viajó ayer hacia Bahrein y Bagdad, según el acuerdo entre Irak y la ONU el domingo pasado, que dio un respiro al mayor conflicto desatado entre ambos países desde el fin de la guerra del Golfo. Ningún norteamericano figura en este grupo de investigadores, al que se le permitirá entrar en el Ministerio de Agricultura iraquí.

Tal y como reclamaban las autoridades iraquíes, la comisión investigadora no incluye a ningún ciudadano de los países que participaron en el ataque a Irak, durante la guerra del Golfo. Encabezada por el sueco Rolf Ekeus, los otros integrantes sonidos alemanes, un ruso, un finlandés y un suizo. Junto a ellos viajan también a Bagdad dos estadounidenses, pero éstos no entrarán en el Ministerio de Agricultura.

Triunfalismo iraquí

"La aceptación por Naciones Unidas de las propuestas de Irak sobre la elección de los investigadores que vendrán a nuestro país es una brillante victoria", declaró el primer ministro iraquí, Mohamed Hamza al Zubeidi, durante una reunión en el centro petrolífero de Kirkuk con miembros del gobernante partido Baaz ."Esta victoria" continuó, "encarna la sólida voluntad nacional de los iraquíes de permanecer junto al liderazgo del presidente Sadam Husein, que dirigió la batalla con gran coraje y sabiduría".

Washington considera que el acuerdo que permite a Naciones Unidas inspeccionar. el edificio del Ministerio de Agricultura, en Bagdad, que presuntamente contiene los planes de Bagdad para la construcción de armas de destrucción masiva, no es suficiente para eliminar por completo la tensión bélica suscitada en los últimos días.

El presidente norteamericano, George Bush, había efectuado unas enérgicas declara ciones para advertir al régimen iraquí de que hay una larga lis ta de acuerdos internacionales que debe cumplir antes de que se pueda hablar de calma total. Mientras los enviados de la ONU salían hacia Bagdad, Bush calificaba públicamente a Sadani Husein de "fanfarrón, dictador y brutal comerciante de muerte" y aseguraba que no se le va a permitir ni una sola provocación más.

El mensaje de Bush es claro: Estados Unidos y sus aliados van a seguir paso a paso los movimientos de Irak para evitar otro desafilo como el que el, pasado fin de semana acercó al mundo a la posibilidad de una nueva guerra.

Como prueba de sus intenciones de repasar minuciosamente los movimientos de Bagdad, Bush, que pretende evitar que Sadam le obligue a cambiar su agenda electoral, convocó una nueva reunión con sus ases ores militares al término de su jornada de campaña.

Antes de darse por satisfecho, Bush quiere ver cómo el presidente iraquí se doblega ante la presión internacional, en un momento en el que su poderío militar se resiente de la destrucción de armamento que desde hace un año efectúan los enviados de la ONU.

Por su parte, el Gobierno francés considera que la crisis entre Irak y las Naciones Unidas ha terminado de momento, aunque califica de "totalmente inaceptable" la actitud del Gobierno de Sadam Husein durante los últimos días. "Por ahora, constatamos que la crisis está terminada", dijo ayer en París el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores' Daniel Bernard, para quien el asunto se ha solucionado "conforme a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU".

Más escépticos se manifestaron los portavoces de la diplomacia británica, que subrayaron que Sadam Husein "cedió en virtud de una presión continua" y que esta "presión se mantendrá por todos los medios apropiados" ya que el presidente iraquí "no siempre acata todas las resoluciones" del Consejo de Seguridad.