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Más rápido, más alto, más rico

( ... ) El mercado del deporte se ha desbordado en los últimos 20 años. ( ... ) Los Juegos Olímpicos son todavía amateur, no ofrecen honorarios ni premios en dinero. Pero los participantes no lo son. ( ... ) El lema olímpico Citius, altius, fortius se refiere a los atletas, pero se aplica todavía mejor al flujo de dinero que se mueve en torno a ellos. ( ... )Se trata de un mercado complejo. Hay proveedores de todas clases: jugadores autoempleados, dueños de equipos o promotores. Este último grupo incluye organismos deportivos como la FIFA o el COI y otros nacionales o regionales, promotores comerciales, dueños de equipos y agrupaciones de jugadores. Todos pugnan ferozmente por una parte del botín.

En última instancia, la fuente de ese botín es el señor Público, con distintos disfraces: el espectador que paga, el contribuyente que hace posibles los subsidios, el comprador de artículos deportivos o cualquier cosa que pueda venderse al señor Público en su forma más lucrativa, esto es, el telespectador. Entre el proveedor y el consumidor quedan una serie de intermediarios. Destacan las compañías de radiotelevisión, que compran los derechos de transmisión por elevadísimas sumas, que compensan con publicidad, patrocinadores de programas y, cada vez más, con contratos de cadenas privadas. ( ... ) Sin la audiencia de masas que proporciona la televisión, el mercado del deporte se colapsaría.

25 de julio

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