_
_
_
_
_

Interior atribuye a los GRAPO el atentado contra un gasoducto en Vilafranca en vísperas de los JJ OO

A poco más de 24 horas de la ceremonia inaugural de los JJ OO, estallaron simultáneamente tres artefactos explosivos en distintos puntos del gasoducto de Enagas, en el municipio de Vilafranca del Penedés, (Barcelona). Las tres bombas generaron un incendio, que causó un corte de suministro a la población durante cinco horas. Miembros de la lucha antiterrorista sospechan que miembros de los GRAPO son los autores del triple atentado. Pese a que se ignoraba la composición de las bombas, este grupo terrorista ha actuado en repetidas ocasiones contra oleoductos.

Los tres artefactos, conectados entre sí por cables eléctricos, explosionaron a las 6.20 horas sin que causaran daños personales, aunque sí pérdidas materiales. Las bombas, que se activaron por un rudimentario sistema de ignición, estaban situadas en puntos distintos del gasoducto: en la caldera, en la estación de medidas y en el área de válvulas.Las explosiones desencadenaron un aparatoso incendio cuyas llamas alcanzaron 20 metros de altura. El suministro de gas a Vilafranca quedó cortado, aunque se fue restableciendo de forma paulatina desde las 11.00. La conducción, que forma parte del gasoducto de Barcelona-Bilbao-Valencia, discurre junto a la carretera comarcal de las Cabañas, junto al vertedero de Vilafranca y a un kilómetro del centro urbano.

Objetivo predilecto

Fuentes del Gobierno Civil de Barcelona, que minimizaron los efectos de las explosiones, afirmaron que los terroristas atentaron contra estas instalaciones, que no estaban custodiadas por la Guardia Civil, tras cortar la verja metálica que las rodea. Fuentes de las fuerzas de seguridad afirmaron que los principales sospechosos de la colocación de las bombas eran activistas de los GRAPO, quienes, tradicionalmente, tienen entre sus objetivos, conducciones de suministro como las de Vilafranca.Los militantes de los GRAPO, que suelen fabricar sus bombas con pólvora prensada y cloratita, cometieron su último atentado el pasado 14 de febrero contra otro gasoducto, en ese caso el que enlaza Madrid y Barcelona, a su paso por Zaragoza. El 16 de septiembre de 1991, sendos artefactos destruían un oleoducto de Campsa y un gasoducto de Catalana de Gas en los municipios de Saint Vicenç dels Horts y El Papiol, en Barcelona. Un año antes, los GRAPO realizaron su acción más espectacular contra conducciones de este tipo, hasta el punto de que los investigadores creyeron en un principio que era obra de ETA: una bomba fue colocada en un haz de tuberías que la empresa Repsol tiene en el complejo petroquímico de Tarragona.

Laureano Ortega, dirigente de la organización terrorista, ha sido buscado insistentemente en Cataluña ya que se le imputan diversos atentados en aquella comunidad. Ortega atracó una caja de ahorros de Barcelona el año pasado para mejorar las finanzas del grupo. La cámara de vídeo instalada en la sucursal filmó cómo penetraba en la misma.

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, opinó tras conocer la comisión de los atentados: "Han sido menores y ello implica la escasa operatividad de los grupos terroristas". El jefe del Gobierno catalán afirmó que no es gratuito que los terroristas hubieran elegido Vilafranca del Penedés, situada a unos 60 kilómetros de Barcelona: "A mi entender, ello indica que el plan de seguridad está bien orientado porque los terroristas, que han querido relacionar su acción con los JJ OO, han tenido que perpetrarla con medios precarios y lejos de los escenarios olímpicos".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_