Un final caprichoso

El candidato independiente a la presidencia de EE UU, Ross Perot, merece un notable por dar un saludable sobresalto a los partidos y por- movilizar a un ejército de descontentos con el sistema político. Merece un suspenso por dejar a ese ejército en la estacada, ahondando la misma desilusión que afirmaba combatir. (...) Las razones que dio para su súbito abandono no son convincentes, se las mire como se las mire. Afirmó que su candidatura dejaría la elección en manos del Congreso, privando así al nuevo presidente de un tiempo precioso para organizar su Gobierno. Tonterías. Un candidato serio organizaría a los miembros clave de. su equipo antes de la votación en el Congreso. Dijo también que se sentía satisfecho con que ambos partidos hubieran recibido su mensaje y con que los demócratas en particular se hubieran revitalizado. ¿De la noche a la mañana? Lo más probable es que Perot perdiera convicción. Además, había cometido algunos errores.Había renegado de su promesa de presentar un programa en el plazo de 60 días y había abandonado una campaña publicitaria anunciada. Es obvio que se trata de un hombre que ha cambiado de opinión sobre la profesión del político: una profesión que incita a la descalificación y propicia situaciones embarazosas, y que requiere capacidad de aguante, imaginación y talento para el compromiso. Sin embargo, quienes creen en sus causas perseveran, por mal que vengan las cosas. (...)

19 de julio