Fuerte caída de la Bolsa española y la deuda pública por el plan de ajuste y la situación internacional
Las bolsas y el mercado de deuda pública españoles recibieron ayer con un fortísimo retroceso el plan de ajuste de¡ Gobierno, pues los inversores lo consideran, hasta donde se conoce, "claramente insuficiente", por lo que cundió el temor a una subida de tipos el jueves. Este descontento doméstico se unió a una situación internacional también muy desfavorable, y en la que las caídas se impusieron desde la madrugada en Tokio hasta la noche en Nueva York. El ministro de Economía, Carlos Solchaga, descartó una bajada de tipos de interés a medio plazo.
El ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, tras un encuentro con la CEOE, señaló que el Gobierno no considera en el corto o en el medio plazo medidas monetarias para acompañar a las de tipo presupuestario. En este sentido señaló que "carece de fundamento" especular *sobre una rebaja de los tipos de interés en el medio plazo, o sobre una modificación a la baja en el tipo de cambio de la peseta o sobre la incorporación de la moneda en la banda estrecha del SME. Respecto de las tensiones registradas en los mercados de cambio, explicó que la peseta se ha comportado como las restantes monedas ante la depreciación del dólar.Por lo que se refiere a la bolsa, ayer, entre analistas y responsables de tesorería de los bancos eran normales frases como "el mercado se ha roto", "estamos prácticamente en caída libre", "nos acercamos a los mínimos de la crisis del Golfo y del crash de 1987". Todos ofrecían dos motivos a los retrocesos: la situación internacional y el plan de ajuste.
La caída que sufrieron las principales bolsas del mundo corrobora esos problemas internacionales, que tienen su epicentro en el Bundesbank alemán y en el temor a una nueva subida de tipos -que en esta ocasión afectaría al Lombard- para este jueves.
Tokio, la primera en cerrar, retrocedió un 4%; la principal bolsa europea, Francfort, perdió un 3,11 %, y Wall Street perdió finalmente 28,64 puntos. Los descensos fueron especialmente acusados hasta que la mayor parte de los bancos centrales europeos, liderados por el Bundesbank, intervinieron en los mercados de divisas en favor del dólar. Los analistas interpretan esta compra institucional de dólares como una garantía, al menos a corto plazo, de que se intenta mantener cierta estabilidad financiera.
La evolución de la Bolsa de Madrid es un ejemplo de esta reacción. Llegó a perder más de nueve puntos en el peor momento de la mañana, es decir, el índice general rozó el 213 cuando el mínimo durante la crisis del Golfo fue del 210 y durante el crash de 1987 del 202. Ese retroceso se corrigió en parte por la tarde, después de que se conociera la intervención coordinada a favor del dólar.
El mercado bursátil madrileño cerró con una pérdida del 2,6%, en una jornada caracterizada por el apresuramiento y el descontrol, pues los inversores recibieron negativamente las medidas adoptadas por el Gobierno para salir de la actual crisis económica, al entender que están dedicadas exclusivamente a mejorar las desviaciones del déficit público.
No sólo la bolsa tuvo esta reacción. La caída de las cotizaciones, sobre todo de los títulos a más largo plazo, en el mercado de deuda pública fue la más acusada en un sólo día desde el no danés a Maastricht. Esta caída llevó la rentabilidad de las obligaciones a diez años hasta el 12,16%, es decir, 1,25 puntos por encima de la rentabilidad que ofreció el Tesoro en su última subasta.
Mercado de deuda
La apuesta por una pronta subida de tipos de interés fue meridianamente clara en el mercado de deuda, y deja poco lugar a dudas en el interbancario. Los tipos de interés del interbancario -a los que se prestan el dinero los bancos- volvieron a subir ayer en todas las operaciones superiores a los dos meses, informa Sebastián Tobarra. Esta apuesta al alza se decidirá en la subasta de certificados de depósito que realizará el Banco de España el jueves, y en la que podría modificarse el tipo oficial del dinero -ahora en el 12,40%-.
El problema es que esta expectativa de subida no evitó una nueva depreciación de la peseta frente al marco alemán. La intervención del Banco de España frenó la caída, con lo que el tipo de cambio quedó a 64,3 pesetas por marco, es decir, prácticamente el tipo medio al que se incorporó la divisa española en el SME.
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