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Panic llega a Sarajevo para salvar la trepa

El nuevo primer ministro yugoslavo, Milan Panic, llegó ayer a Sarajevo, cuatro horas antes de la entrada en vigor del último alto el fuego, para reunirse con los líderes musulmanes, serbios y croatas y convencerles de la necesidad de poner fin a la guerra en Bosnia-Herzegovina. Panic es el primer político de Belgrado que visita Sarajevo desde que estalló el conflicto, hace ya cuatro meses, y planea entregar simbólicamente un tanque serbio a la Fuerza de Protección de Naciones Unidas (Unprofor). "Lo único que me interesa es una paz sin condiciones previas", dijo Panic.

El alto el fuego, acordado en Londres el viernes pasado, entró en vigor a las seis de la tarde de ayer. Dos horas depués, sin embargo, el eco de los morteros seguía resonando en Sarajevo, según informa la agencia Reuter. La jornada había transcurrido con relativa tranquilidad, pero en medio de un clima muy tenso. Gorazde, Bihac, Trebinje, Bisegrad y Bosnaski Brod, ciudades en diferentes puntos de Bosnia, fueron escenario permanente de combates a lo largo del día."El mundo debe ser prudente y asegurar la paz", dijo Panic a los más de 100 periodistas reunidos frente a la sede de la Unprofor en Sarajevo, que no obtuvieron respuesta a la pregunta de si el primer ministro de la nueva República Federal de Yugoslavia reconocería la independencia de Bosnia-Herzegobina.

Panic viajó a la capital bosnia a bordo de un Antonov-32, de la Unprofor, portando me dicinas como ayuda humanitaria. Fue recibido en el aeropuerto por el comandante general de Naciones Unidas, Lewis Mackenzie. Momentos después, se reunía con el presidente de Bosnia, Alia Izetbegovic, con quien departió por espacio de tres horas. "Yugoslavia está preparada para acabar con esta guerra estúpida e increíble", dijo. "He dado a Izetbegovic un plazo muy corto para que me responda. Si no está de acuerdo conmigo, ello significará que ha optado por la guerra". Panic explicó que Izetbegovic le había prometido respetar los derechos de los serbios de Bosnia si Yugoslavia reconocía el Estado bosnio.

El presidente bosnio, por su parte, puso en duda que la tregua vaya a ser efectiva y que las promesas de Panic puedan cumplirse. "Panic es una persona interesante, quizás sincera, pero creo que insuficientemente informada", dijo, al tiempo que explicaba que el primer ministro yugoslavo le había garantizado el fin de los ataques serbios a Sarajevo y Gorazde. El acuerdo de Londres prevé que las fuerzas de la Unprofor se encarguen del control de la artillería serbia, de ahí la decisión de Panic de entregar un "tanque-símbolo", que especificó que sería el primero que llegase a Sarajevo.

El primer ministro de Yugoslavia aseguró que tiene el apoyo del líder de los serbios en Bosnia, Radovan Karadzic: "La única cosa en la que no estamos de acuerdo es en que él quiere una paz de, al menos, 14 días, y yo de, al menos, 14 años".

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Plan infalible

Desde que juró su cargo el martes pasado, Panic, un millonario norteamericano de origen serbio, se empeña en convencer al mundo de la infalibilidad y sinceridad de su plan de paz. Su viaje a Sarajevo forma parte de ese intento de demostrar al secretario de Estado norteamericano, James Baker, que los serbios saben realizar sus proyectos y promesas.

En vísperas del comienzo del alto el fuego, las autoridades serbias de Sarajevo propusieron la apertura de 14 puntos en la ciudad dividida, para que la población pudiera pasar de un lado a otro. Los bosnios rechazaron la propuesta, temiendo que el verdadero objetivo de esta iniciativa serbia, al parecer humanitaria, significara una nueva etapa del intercambio étnico de la población. Es decir, todos los serbios en una parte de la ciudad y los croatas y musulmanes en otra.

Jovan DivIjac, vicecomandante de las fuerzas bosnias aseguré que los 14 días de la tregua "servirán de respiro al agresor", y le ayudarán a reagrupar sus fuerzas. "En 14 días podemos encontrarnos en una situación peor, si no aprovechamos este respiro para consolidarnos", concluyó DivIjac. Ayer llegaron a la ciudad italiana de Villa Opicina los 558 refugiados bosnios que el sábado partieron en un convoy hacia la frontera entre Croacia y Eslovenia. Mientras los mediadores internacionales en la compleja crisis bosnia aceptan, poco a poco, una división étnica de esta república, el Gobierno de Sarajevo es el único foro donde se defiende una Bosnia pluriétnica, se rechaza vehementemente esta propuesta y se arremete contra la comunidad internacional, en general, y la Comunidad Europea, en concreto.

"Hemos visto lo que significa el intento de la regionalización étnica de Bosnia. Es el camino más rápido a la guerra", manifiesta Zlatyko Laguindzija, miembro de la cúpula del partido socialista (ex comunista), asegurando que "tarde o temprano" la comunidad internacional deberá intervenir.

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