Sólo grandes obras
Voy a pasear con mi hija al parque más cercano a mi casa, el de Arganzuela. Intentamos, en unas pistas habilitadas hace 12 o 15 años, hacer unas canastas. Imposible, hay tal masificación de gente joven que desistimos.Me dice mi hija: ¿por qué no hacen más pistas? ¿Por qué no?, me pregunto yo. Espacio hay, cantera, toda la que quieran; es decir, en términos actuales existe una gran demanda, un gran mercado' consumidor de baloncesto.
¡Ah, pero falta algo más! -me digo-, el dinero... ¿Qué dinero? Acabamos de ver unos 300 metros más allá, en el antiguo matadero, una obra hermosa: la rehabilitación de unos establos que, ¿la base de cuántos millones? -yo diría que cientos-, han conseguido una pérgola-invernadero, verdadera joya estética y esperemos que también didáctica.
Emulando al Retiro y a Atocha, lo denominan Palacio de Cristal de Arganzuela -por el envoltorio y el contenido- Está claro, los presupuestos munici
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pales son para las grandes obras.-
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