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El niño liberado en Cerdeña estuvo 177 días en poder de sus secuestradores

Faruk Kasam, el niño de siete años secuestrado en Cerdeña el pasado 15 de enero por una organización de delincuentes profesionales, y al que sus captores cortaron una oreja para presionar y conseguir finalmente el pago de un rescate, fue liberado sobre las 22.45 del pasado viernes, y ayer abandonó Italia con sus padres.

Sobre el desenlace del secuestro hay dos versiones: los magistrados aseguran que fue liberado por la policía y que sus padres no pagaron nada, pero no han podido confirmar la detención de los delincuentes. [El ministro italiano del Interior, Nicola Mancino, negó ayer que se haya pagado un rescate, y el director de la policía de lo criminal, Luigi Rossi, dijo que en el curso de la operación "se produjo un tiroteo, pero los delincuentes lograron huir", informa ].La prensa sostiene, en cambio, que se pagó un rescate de 2.000 millones de liras (más de 160 millones de pesetas) y que la negociación fue posible gracias a la intervención de Graziano Mesina, Grazianeddu, un bandido que dominó la delicuencia sarda en los años cincuenta y que recientemente había regresado a la isla tras ser amnistiado.

Constituido en mediador, Grazianeddu habría logrado que los secuestradores redujeran su demanda, fijada inicialmente en 10.000 millones de liras y luego en 7.000 millones de liras.

El secuestro de Faruk fue obra de tres enmascarados que irrumpieron en la villa de los padres del niño, en Porto Cervo, cuando éste se preparaba para acostarse, en la noche del 15 de enero. Los sistemas de alarma no funcionaron.

Reducidos y maniatados, los padres únicamente lograron advertir al servicio de seguridad de la urbanización cuando los delincuentes ya se habían puesto a salvo.

El padre de Faruk es un hotelero ligado al Agá Jan, primer promotor turístico de la elegante costa sarda, que desde el principio dijo no tener el dinero que reclamaban los secuestradores de su hijo. También adujo que su fe ismailita le impedía negociar con los secuestradores.

La prolongada detención del niño se convirtió así en una causa popular, sobre todo desde que se supo que los secuestradores habían enviado a los padres una oreja del niño, el pasado 15 de junio.

Por el "pequeño Faruk" muchas familias italianas, sobre todo en Cerdeña, colgaron sábanas de sus balcones pidiendo su liberación. Las mismas sábanas contenían eslóganes incómodos para el Gobierno, que últimamente había multiplicado sus esfuerzos en torno al caso.

[La liberación de Faruk se produjo tres días después de que el ministro de Defensa, Salvo Andó, anunciara el próximo envío a la isla de miles de soldados para efectuar ejercicios de control del territorio con el objetivo añadido de disuadir a los secuestradores que actúan en la isla, informa Efe].

Tras la liberación de Faruk, siguen secuestradas en Italia cinco personas, de las que tres se teme que hayan muerto.

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