Los socialistas franceses, abrumados por el procesannento del presidente de la Asamblea
El Partido Socialista francés (PS) creía que había tocado fondo el pasado marzo cuando en las elecciones regionales obtuvo un 18% de los sufragios, el peor resultado en 20 años de historia. Pero no, los socialistas franceses aún no han apurado su cáliz. Ayer comenzaron en Burdeos un congreso extraordinario dominado por la amenazante sombra del próximo procesamiento de su ex tesorero y actual presidente de la Asamblea Nacional, Henri Emmanuelli.Los militantes del PS acudieron a la capital aquitana para hacer lo que Libération llamó con humor "una cura de Burdeos", en alusión a los exquisitos vinos de la región. "Nuestro objetivo es borrar la lamentable imagen de desunión del congreso de Rennes", había anunciado su primer secretario, Laurent Fabius. El deseo de no sacar a la luz las luchas fratricidas era tan grande que la mayoría del partido estaba dispuesta a no convertirse en mártir de Jean-Pierre Chévénement, el único socialista que defiende el no en el referéndum sobre Maastricht del próximo 20 de septiembre.
Según los planes de Fabius, el plato fuerte del congreso de Burdeos debía consistir en la elaboración del programa del PS para las elecciones legislativas de marzo de 1993. Unas elecciones que el partido en el poder en Francia da por perdidas de antemano, lo que le lleva a una búsqueda angustiosa de posibles alianzas.
Pero, ayer, primera de las tres jornadas del cónclave del partido del puño y la rosa, llovió sobre Burdeos y otro tipo de nubes pesaron sobre los ánimos de los socialistas. El día anterior se había sabido que el juez de Rennes, Renaud Van Ruyinbeke, está decidido a procesar por tráfico de influencia a Emmanuelli, que en su calidad de presidente de la Asamblea Nacional ocupa . el tercer lugar en la jerarquía del Estado. Ruymbeke investiga la financiación ilegal del PS a través del gabinete de estudios Urba.
Desmoralizados, embargados por un fuerte complejo de persecución, los socialistas reunidos en el parque de exposiciones de Burdeos habían perdido las ganas de hablar del programa y las alianzas de las próximas legislativas. Como no hay mal que por bien no venga, la anunciada acción del juez de Rennes consiguió que los barones del partido se pusieran de acuerdo para denunciar desde la tribuna la existencia de una conspiración contra el PS. "Alguien ha querido amargarnos este congreso que debía ser el de nuestro renacimiento", dijo Fabius.
Desde hace tres años, el PS no puede despegarse del escándalo Urba. Ni la autoamnistía, ni las presiones sobre periodistas, policías y jueces demasiado fisgones, logran impedir que cada tres o cuatro meses un medio de comunicación o un magistrado resuciten el caso. Lo grave para el partido fundado en 1971 por François Mitterrand es que la corrupción es, tras el fracaso en la lucha contra el paro, la causa principal del ocaso de su influencia, reflejado en algunas encuestas.
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