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La primera reforma de la Constitución arranca con el consenso total de las fuerzas parlamentarias

La primera reforma de la Constitución española de 1978 se puso ayer en marcha con el máximo consenso posible entre todos los grupos del Congreso. En un acto celebrado en el Salón de los Pasos Perdidos del palacio de la Carrera de San Jerónimo, que combinó solemnidad y sobriedad, los portavoces de todos los grupos firmaron la proposición de ley por la que se reformará el artículo 13.2 de la Constitución para permitir a los residentes en España de la CE ser elegidos concejales.

El acto se vio realzado por la presencia, junto a los portavoces, del presidente de la Cámra, Félix Pons; el del Gobierno, Felipe González; del ministro para las Relaciones con las Cortes, Virgillo Zapatero, del presidente del PP, José María Aznar, y del coordinador general de IU, Julio Anguita.González, tras concluir el acto, hizo una breve declaración en la que destacó que se trataba de una reforma muy concreta de la Constitución "para resolver un problema concreto, el establecimiento de derechos ciudadanos, de una cierta ciudadanía europea". Añadió que la facilidad con que se va a resolver la reforma ha sido posible porque España cuenta "con una Constitución muy actual y muy flexible" que además había previsto al redactarse "el proceso de internacionalización" que habría de seguir la política española.

Gabriel Cisneros, diputado del Grupo Popular y uno de los siete redactores de la Constitución en 1978, indicó que González había comentado con él y con Miquel Roca, otro de los padres del texto constitucional, el gran acierto de incluir el artículo 93, que ha posibilitado todo el proceso de integración de España en Europa con la mayor simplicidad de procedimiento.

En el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso se reunieron a las cinco de la tarde, además de los portavoces parlamentarios, representantes de los partidos. Por parte del Grupo Socialista firmó la proposición el portavoz adjunto, Josep Bebiá, ya que Eduardo Martín Toval se encuentra en Marruecos en una reunión de la Unión Interparlamentaria (UIP). Por el CDS, firmó su portavoz, José Ramón Caso, quien estuvo acompañado por el diputado Rafael Martínez Campillo.

El clima que pudo detectarse durante los breves minutos del desarrollo de la ceremonia fue distendido. El líder de IU, Julio Anguita, evitó ostensiblemente el encuentro con González -que charló y bromeó con Aznar y con el resto de los representantes políticos de la oposición- y se limitó a dar la mano friamente al presidente del Gobierno para abandonar inmediatamente el lugar. También se observó una actitud tensa y distante con el portavoz de su grupo, Nicolás Sartorius.

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Abierta reticencia

Anguita justificó la firma de la reforma constitucional, pese a su abierta reticencia frente al Tratado de Maastricht, porque, en su opinión, se trata de resolver un problema muy concreto y "nadie puede oponerse a que los ciudadanos europeos puedan ser elegidos concejales en otro país".

Para Miquel Roca, que acudió desde Barcelona sólo par estar presente en el acto, se trata de un acontecimiento de suma importancia ya que "se ha conseguido la máxima unanimidad y, precisamente, ante un paso en el proceso de unidad europea".

El Grupo Vasco envió a la firma de la proposición de ley a su portavoz, Iñaki Anasagasti, que comparó la primera reforma constitucional con la pérdida de la virginidad. Por el Grupo Mixto estuvo presente con su portavoz en estas fechas, el diputado de Eusko Akartasuna Joseba Azkarraga. En su opinión, esta reforma demuestra que "se ha roto el tabú de que la Constitución es algo intocable".

Por la mañana, el presidente del Congreso, Félix Pons, se reunió con los portavoces de los grupos y acordaron que el pleno para la toma en consideración de la proposición de ley se celebre el próximo lunes día 13. La proposición se tramitará por la vía de urgencia y el miércoles día 22 se celebrará la sesión extraordinaria del pleno de la Cámara para aprobar en lectura única la proposición de reforma constitucional.

En la misma reunión se llegó a un pleno acuerdo sobre la exposición de motivos del proyecto, en la que se destaca que "cualesquiera que sean las legítimas diferencias que separen a las fuerzas políticas parlamentarias que representan al pueblo español en las Cortes Generales, los proponentes entienden deseable respetar el principio de consenso que presidió la elaboración constitucional y que ha sido pauta permanente en las decisiones parlamentarias relativas a la Incorporación de España a la CE y a su posición en el seno de ella".

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