De los bosques

Sin entrar en discusiones técnicas, nos gustaría salir al paso de una información publicada en su periódico el 20 de junio, en la sección Cartas al Director, con el título La restauración de nuestros bosques.Frecuentemente, los profesionales del sector forestal han asistido a este tipo de comentarios sin manifestar su oposición o haciéndolo en publicaciones técnicas que no llegan a la opinión pública general.

De alguna manera, esta clase de informaciones puede tener cierta responsabilidad en los devastadores incendios forestales que cada año asuelan nuestros montes.

Hay que informar al autor que en nuestro país existen siete especies de pinos autóctonos, seis en la Península y uno más, el pino canario, que lo es de las islas Canarias. Los análisis del polen de turberas, la toponimia y la historia lo confirman.

Sin ser partidarios acérrimos de los pinos, hemos de reconocer su importante papel en la restauración vegetal, ya que, por una parte, representan la vegetación autóctona y genuina en donde no son capaces de vivir otras especies, es el caso de grandes altitudes o zonas de escasa precipitación, y, por otra, son las únicas especies arbóreas capaces de sobrevivir en los suelos esqueléticos que por efectos antrópicos y la erosión hoy nos encontramos, creando suelo y preparando así el camino a otras especies, como las frondosas, más avanzadas.

Luis Ceballos y Fernández de Córdoba (que fue miembro de las academias de Ciencias y de la Lengua), al hablar de la restauración de este tipo de suelos, afirma: "No puede por menos que mover a risa el que en casos tales se hable entre nosotros del problema de la elección de especies, pues es exactamente el mismo problema que se plantea hoy para elegir lo que va a comer el que sale de su casa con una peseta en el bolsillo. No hay opción; no podemos salimos del último peldaño de la escala; todos: fisionomía del paisaje, datos meteorológicos, sentido común, etcétera, están conformes con que son los pinos los que hay que emplear en estos sitios.

Afirmar que el esfuerzo reforestador de este país durante décadas ha "arrasado el país" y constituye un "desaguisado" es, como mínimo, injusto, y quien lo afirma debería recapacitar sobre el esfuerzo que grandes profesionales han hecho en la lucha contra la erosión y la contención de grandes avenidas.

Afortunadamente, existen autores como el alemán Erich Bauer, que en un estudio sobre nuestros montes manifiesta: "España ha repoblado en los últimos decenios, en una labor incomparable en toda la historia mundial, más de tres millones de hectáreas de nuevos bosques, además bajo muy difíciles condiciones de suelo y clima".

Por último, manifestar que a la hora de repoblar se debe emplear la especie adecuada y factible en cada lugar, según las condiciones de suelo y clima, manteniendo la mente abierta y no considerando a los pinos españoles ni como proscritos ni como única solución-