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Las últimas decisiones del Tribunal Supremo cambian la vida de los norteamericanos

Antonio Caño

Harry Blackmun es un viejo juez que pasará a la historia como el autor de la sentencia que legalizó el aborto en Estados Unidos. Su presencia hoy en el Tribunal Supremo riorteamericano recuerda a la del último mohicano liberal en una institución dominada por los conservadores y cuyas decisiones están trazando de forma acelerada el perfil futuro de este país. Con el apoyo de otros cuatro jueces, Blackmun pudo salvar el lunes in extremis la sentencia Roe versus Wade que dio luz verde a la interrupción voluntaria M embarazo, pero advirtió que la máxima autoridad judicial de la primera potencia mundial está a punto de perder la tradición de equilibrio y sensibilidad social que le han caracterizado.

"Yo ya tengo 83 años y no puedo permanecer en el Tribunal para siempre. Cuando me vaya, puede que se apague la última luz que evita el oscurantismo", afirma Blackmun, quien, como todos sus colegas en el Tribunal Supremo, permanecerá en su puesto mientras tenga vida o fuerzas para seguir adelante.El pronunciamiento sobre el aborto, que respaldé algunas de las restricciones impuestas por una ley del estado de. Pennsylvania, pero reformó la vigencia de la sentencia Roe versus Wade, es la última de una cadena de decisiones que influyen trascendentalmente en la vida de los norteamericanos y que han resaltado la importancia del Tribunal Supremo en el sistema político de Estados Unidos.

En menos de 15 días, el Supremo ha autorizado, ignorando el derecho internacional, el secuestro en el extranjero de los fugitivos de la justicia norteamericana; ha permitido el uso de esvásticas y signos del Ku Klux Klan; ha condenado la práctica de la oración en las ceremonias de graduación de las escuelas; y ha dado vía libre a que los enfermos por causa del tabaco demanden a las compañías fabricantes de cigarrillos. En este mismo año, el Tribunal Supremo redujo el número de recursos de habeas corpus que pueden presentar los condenados a muerte, condenó el uso de "fuerza excesiva" contra los presos por parte de los funcionarios de las prisiones y prohibió que los criminales puedan sacar provecho económico con la venta de sus memorias.

Tres ideologías

Fueron todas decisiones del tribunal que han provocado una gran polémica nacional, pero, sobre todo, que reflejan un ambiente de fuerte pugna entre conceptos conservadores y liberales en el seno de la mayor autoridad judicial de Estados Unidos.

Las principales decisiones tomadas en los últimos meses muestran, a juicio de los expertos, que el tribunal está dividido en varios grupos: uno, fuertemente conservador, integrado por Rehnquist, Scalia, Thomas y White (los cuatro se han pronunciado en contra del aborto); otro, de tendencia liberal, formado por Stevens y Blackmun; y un tercero, de tendencia conservadora moderada, en el que se. puede incluir a O'Connor, Souter y Kennedy. Estos tres últimos se han convertido en el peso que mueve la balanza de un lado o de otro en las grandes decisiones.

Los votos de los tres conservadores moderados fueron los que contrariaron la voluntad del Gobierno sobre la oración en las escuelas y los que salvaron el lunes de la derrota la ley del aborto. La actuación de estos tres jueces evita, por el momento, un mayor desequilibrio en favor de las posiciones conservadoras.

Pero ese equilibrio -que ya es precario porque los tres están más cerca del conservadurismo que del liberalismo puede romperse del todo en el momento en que desaparezcan los magistrados Blackmun y Stevens que se encuentran entre los tres jueces más viejos del tribunal.

Blackmun, a sus 83 años, está a punto de retirarse, y Stevens, con 72, vive sus últimos años en esa institución. Sin embargo, dos de los más convencidos conservadores, Scalia y Thomas, sólo tienen 56 y 44 años, respectivamente. Reagan nombró al primero y George Bush al segundo.

Los nueve más poderosos

La función del Tribunal Supremo es la de determinar si las leyes federales, estatales o locales se ajustan a los principios de la Constitución. Una vez que él se pronuncia, todos los tribunales del país están obligados a acatar sus directrices.El Supremo ha diseñado desde hace. más de 200 años los elementos de la estructura política y jurídica de los actuales Estados Unidos: federalismo, derechos civiles, libertad de expresión, separación entre Iglesia Y Estado, poderes presidenciales, derechos de la mujer y de las minorías, límites para el enriquecimiento de las empresas. Un Tribunal Supremo controlado por los conservadores puede, simplemente, transformar la faz de esta nación.

Los miembros del tribunal son propuestos por el presidente de la nación, pero tienen que ser ratificados por el Senado. Con un sueldo de 120.000 dólares al año, los nueve hombres más poderosos de la justicia sentencian, sobre todo, sobre apelaciones a casos que han pasado ya por tribunales inferiores.

En estos momentos, los nueve miembros de esa institución, todos vitalicios, son: William Rehnquist (68 años), nombrado en 1971, por Richard Nixon y ascendido por Reagan a la presidencia del tribunal en 1986. Kennedy nombré a Byron White (75 años) en 1962. Nixon eligió a Harry Blackmun (83 años) en 1970. Ford, a John Paul Stevens (72 años) en 1975. Ronald Reagan nombró a Sandra Day O,Connor (62 años) en 1981, Antonin Scalia, (56 años) en 1986 y Anthony Kennedy (56 años) en 1988. Y George Bush ha nombrado a David Souter (53 años) en 1990 y a Clarence Thomas (44 años), el año pasado.

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