Alfredo Pérez Rubalcaba
ha sido durante más de dos días, desde el miércoles hasta ayer, ministro y secretario de Estado de Educación y Ciencia simultáneamente. Esta insólita duplicidad se debió a que su nombramiento como ministro y la promesa de su cargo ante el Rey se produjeron antes de formalizarse su cese como titular de la Secretaría de Estado, que desempeñaba con anterioridad. Con su habitual buen humor, cuando ayer por la tarde procedía a la firma de su cese, Rubalcaba pidió entre carcajadas a su secretaria que le hiciera una fotocopia de tan singular documento para conservarlo como recuerdo curioso.
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