_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La superpoblación y el Vaticano

El editorial de su periódico del domingo 7 de junio sobre la superpoblación mundial abiertamente responsabiliza a la Iglesia católica de bloquear la discusión sobre dicho tema en la así llamada Cumbre de Río., El editorialista, siguiendo una línea monocorde de opinión, que insiste en quePasa a la página siguiente

Viene de la página anterior

la superpoblación es el gran mal del planeta, no se recata en sugerir que los intereses de la Iglesia católica no son sólo de índole moral, sino que, en su afán de aumentar el número de adeptos, fomenta la superpoblación entre los pobres.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Evidentemente, las naciones pobres de la Tierra, las despectivamente llamadas del Tercer Mundo en un intento retórico de distanciarlas de las nuestras, no están pobladas en exceso porque sigan consignas del Vaticano. El aumento de la población en esos países tiene razones muy diversas, imposibles de resumir aquí. No obstante, permítanos exponer algunas ideas fácilmente comprensibles ajenas a cualquier cientificismo.

En países donde no existen los seguros sociales, tener hijos representa simplemente la oportunidad de defenderse y sobrevivir: de cultivar la tierra en familia, de asegurar algún alimento cuando ocurre la enfermedad o el accidente, de ser amparado en la ancianidad. La superpoblación representa su única fuerza frente a las naciones ricas y poderosas. Estas naciones se sienten amenazadas por eventuales conflictos y por el lento pero imparable pro ceso de migración de los pobres del mundo hacia Europa y Norteamérica. Holanda, donde se es tima que dentro de 25 años puede haber más inmigrantes que holandeses, pone de relieve la naturaleza del disturbio ecológico que nos amenaza. Lo que no consiguió Solimán el Magnífico en el siglo XVI lo pueden conseguir los turcos del siglo XXI por la vía pacífica. No menos importantes como armas psicológicas que conmueven e inclinan a la compasión son el hambre y la muerte colectivas en los países pobres. Creo que lo que nuestras sociedades opulentas pretenden limitando el crecimiento de la población en los países pobres es abortar esas amenazas, porque incluso consideramos una intromisión de mal gusto, una amenaza a nuestro bienestar, que la noche de Navidad alguien nos ponga en la tele decenas de niños harapientos comidos de moscas.

El problema de los países pobres es nuestra insolidaridad y nuestra codicia. La mayor dificultad para su desarrollo no es que engendren hijos para compartir la miseria, sino el expolio de sus materias primas a precios indecentes, para mayor gozo de multinacionales y yupies, y una deuda externa, impuesta por los poderosos, que ahoga sus economías- Manuel L. Fernández Guerrero y Sol de Mosteyrín. .

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_