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CAMBIOS EN EL GOBIERNO

Un negocioador infatigable

El nuevo ministro de Educación, Alfredo Pérez Rubalcaba, santanderino de 40 años, es probablemente una de las personalidades de la Administración socialista que con mayor profundidad conoce todas las claves del funcionamiento del sistema educatívo español.

No en vano ha desempeñado cargos importantes en diversos escalones de la Administración educativa, a la que se incorporó con el equipo del ministro José María Maravall cuando el PSOE (al que pertenece desde 1974) accedió al Gobierno en 1982, y en la que ha continuado trabajando al lado de Javier Solana. Desde la jefatura del Gabinete Técnico de la Secretaría de Estado de Universidades, a cuyo frente se encontraba entonces Carmina Virgili, participó activamente en la elaboración de las leyes de la Ciencia y de Reforma. Universitaria (LRU). Posteriormente, fue director general de Enseñanza Superior, desde donde intervino en el complicado desarrollo normativo de dicha ley.

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En septiembre de 1986 fue nombrado secretario general de Educación y el 29 de julio de 1988, secretario de Estado de Educación y Ciencia. Con el equipo de Maravall intervino en todo el proceso de elaboración de la Propuesta de reforma sometida a debate público, una especie de libro blanco del sistema educativo y principal antecedente y soporte técnico de la LOGSE. Durante la tramitación parlamentaria de dicha ley, se encargó personalmente de la negociación con los diversos grupos de la oposición para conseguir que fuera aprobada con el máximo consenso, del que únicamente estuvo ausente el Partido Popular.

Pese a pertenecer al equipo ministerial que, con tantos contratiempos, afrontó las movilizaciones estudiantiles del curso 1986-1987 -lo que contríbuiría a quebrar en gran parte la carrera política de José María Maravall- todos los observadores señalan a Pérez Rubalcaba como el principal artífice de la pacificación estudiantil.

De aquel duro conflicto salió revalorizada su capacidad para la negociación. Esa capacidad negociadora tendría oportunidad de ponerla a prueba nuevamente cuando, un curso más tarde, fueron los profesores de la enseñanza pública no universitaria los que se echaron a la calle.

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Los sindicatos reconocen que al nuevo ministro le corresponde gran parte del mérito del acuerdo suscrito con Javier Solana en noviembre de 1988. Por contra, la principal crítica que suelen hacerle es que en las negociaciones tiende a trabajar con una percepción demasiado inmediata y del corto plazo.

El nuevo ministro de Educación y Ciencia tiene fama de trabajador infatigable. Su sencillez de trato y su sentido del humor le sirven para hacerse perdonar por sus colaboradores las prolongadas jornadas de trabajo en su despacho, donde es habitual encontrarle los fines de semana. El desarrollo práctico de la gran reforma educativa que se pretende con la LOGSE, amenazado sobre todo por las dificultades de su financiación, es uno de los principales retos que debe afrontar el nuevo titular de la cartera de Educación, que tiene también ante sí la tarea de modificar el título V de la LRU, relativo al sistema de acceso al profesorado. Javier Solana había anunciado que antes del verano el Gobierno estaría en condiciones de aprobar el correspondiente proyecto de ley.

Pérez Rubalcaba es militante del PSOE desde 1974, partido en el que ingresó procedente de Convergencia Socialista, el grupo madrileño integrado en la Federación de Partidos Socialistas (FPS) al que pertenecían también Joaquín Leguina, Jaime Lissavetzky, José Barrionuevo y Juan Barranco, entre otros. Ha sido miembro durante varios años del Comité Regional de la Federación Socialista Madrileña (FSM) y asesor para temas científicos y universitarios del grupo parlamentario socialista.

Nacido en Solares (Santander) el 28 de julio de 1951, Pérez Rubalcaba realizó sus estudios de licenciatura en Ciencias Químicas en las especialidades de Química Orgánica y Bioquímica en la Universidad Complutense de Madrid, con premio extraordinario, y en esta Universidad presentó su tesis doctoral en 1978. También ha trabajado en las universidades de Constanza (Alemania) y Montpellier (Francia). Es autor de más de una veintena de trabajos de investigación dentro del cálculo de los mecanismos de reacción en química orgánica. Está casado con Pilar Goya y no tiene hijos.

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