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LA CUMBRE DE LA TIERRA

La concentración de 118 jefes de Estado y Gobierno marca un nuevo récord

La cumbre de Río ha marcado un nuevo récord mundial al reunir a 118 jefes de Estado y de Gobierno en torno a un mismo asunto: cómo combinar medio ambiente y desarrollo en el cruce de dos milenios. Hasta ahora, la mayor concentración se había producido en la Conferencia Mundial del Niño, en 1990 en Nueva York, con 70 líderes mundiales. Pero si esa amalgama produce la confusión de los 40.000 organizadores, las disparidades son aún mayores en el Foro Global.

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La Cumbre de la Tierra, que reúne a delegaciones de 178 países (más que los países presentes en las Naciones Unidas), ha convertido Río de Janeiro en el universo más grande de contrastes jamás reunidos en un acto humano. En un mismo foro internacional están juntos el presidente norteamericano, George Bush, y su gran contrincante, el líder cubano, Fidel Castro. Por otro lado están también Isaac Shamir, primer ministro israelí, y los mandamases árabes.Pero en el amplio predio del Parque Flamengo, centro de las actividades del Foro Global, las disparidades han sido aún más exageradas desde que todo comenzó el pasado día 2. Hay frailes católicos en actitud de meditación frente a feministas que reclaman la liberación de la mujer, o grupos gay repartiendo preservativos y proclamando que "es lo más ecológico que ha inventado la humanidad". En el foro cada uno tiene su razón y la esgrime. Por ejemplo, un cacique del Amazonas vende una piel de leopardo a 600 dólares, mientras junto a él otra organización proclama que hay que parar la matanza de especies.

En el foro ha cabido la detención de un adiestrador de águilas doradas de Kazajistán, convocado especialmente para mostrar una costumbre milenaria de, Asia

Central, tras ser denunciado por otro grupo ecologista que tiene apresada un ave en peligro de extinción.

Pero entre las actividades que más han conmovido el Foro Global ha destacado la muestra de un pintoresco escultor ecologista polaco, Frans Krajcberg, que vive en Brasil en la copa de u . n árbol. Sus esculturas están talladas en madera de árboles quemados en alguno de los incendios de la selva amazónica.

Hornos y ladrones

Un horno solar que cocina los alimentos con el ecológico calor del astro Rey destronó en el foro al horno microondas, las cocinas de gas o de electricidad y hasta la anticuada hoguera de lefia. Se trata de una simple caja de cartón de unos 60 centímetros de largo por 60 de ancho y 25 de altura, forrada por dentro con papel de aluminio y con una tapa de vidrio para dejar pasar el sol. Por encima, un reflector de papel de aluminio que se inclina de acuerdo con la altura del sol, se encarga de duplicar el calor. La cocina solar cuesta sólo 5.000 pesetas. En ella, los frijoles se cuecen en tres horas y un pollo se asa en dos.

Todos -diplomáticos, activistas ecológicos y visitantes de todo el mundo- han contado con la ayuda de un inusitado consejero para defenderse de los ladrones que pululan en la ciudad a la caza de dólares. El legendario ladrón inglés Ronald Bíggs, que en 1962 participó en Londres en el legendario asalto a un tren postal, alzándose con 35 millones de dólares, y que después huyó a Brasil, ha podido desde un programa de radio advertir a los turistas sobre cómo escapar de los ladrones. Usar ropas gastadas y zapatillas o sandalias era uno de los consejos dados para despistar a los ávidos ladrones cariocas.

En tan intrincada selva, repleta de personalidades, seguridad y sanidad han sido dos factores extremadamente cuidados. Si para evitar atentados, Río se ha convertido en un búnker con miles de soldados fuertemente armados, el despliegue médico no ha sido menor. Según informa Reuter, en el centro de la cumbre política se han instalado tres salas de primeros auxilios -una dotada con quirófano-, así como tres ambulancias completamente equipadas para trasladar cualquier insigne paciente hasta uno de los diez hospitales cariocas.

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