Walesa recibe una acogida helada en el congreso de Solidaridad
Como un fracaso rotundo se puede considerar el intento del presidente polaco, Lech Walesa, de convencer a los delegados al congreso del sindicato Solidaridad, reunidos en Gdansk, que había tenido razón destituyendo hace una semana al primer ministro Jan Olszewski. El ex líder obrero fue recibido por la sala con abucheos y salió de ella, al cabo de dos horas de batallas verbales, en medio de un profundo silencio.
Gran parte de su intervención la dedicó el presidente polaco a explicar que nunca había sido agente de la policía secreta comunista, tal como insinúan algunos documentos con los que, según Walesa, habían tratado de chantajearle los hombres de Olszewski.
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