Un funcionario de la Empresa de la Vivienda acusa al Colegio de Arquitectos de difamarle

Pablo Díaz Baruque es un hombre desolado. En un informe realizado por el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) en enero de 1991 se le acusa de coaccionar a los vecinos que tenían casas en ruinas para que las vendieran a bajo precio. La finalidad sería, según el Colegio, conseguir la vivienda a precios baratos para después venderlas.Además se le acusó de dirigir una obra cuya ejecución supuso una inversión perdida de 100 millones de pesetas. La obra se realizó. en 1989 en el edificio de Tirso de Molina, 16.

Díaz Baruque se entrevistó el pasado miércoles con el decano del Coam, Luis del Rey, para expresarle sus protestas. El técnico de la EMV, actualmente en excedencia, argumentó, en documentación interna de la EMV, que él jamás dirigió esa obra ni, "por supuesto", coaccionó a ningún vecino. Díaz Baruque cuenta con el apoyo del actual director del departamento de Rehabilitación, Pío García Escudero. El decano del Colegio, Luis del Rey, indicó a este periódico que él entregó la documentación ofrecida por Díaz Baruque a la comisión de Depuración Profesional. El responsable de esta sección, Fernando Ortiz, dijo que la comisión estudia en la actualidad el expediente del, informe, que dirigió la arquitecta Ana María del Águila.