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Fiebre por volar

La guerra de precios de las tarifas aéreas dispara la demanda de reservas en EE UU

Antonio Caño

¿Recesión? ¿Qué recesión? Para el turista norteamericano esa es una palabra que, repentinamente, ha desaparecido de su vocabulario gracias a la guerra de precios desatada por las compañías aéreas de Estados Unidos, que han contagiado a todo el país una verdadera fiebre por volar. Nunca se había visto algo así. Las agencias de viaje y las oficinas de reservas de la principales compañías de aviación trabajan a destajo en las vísperas de un verano en el que millones de norteamericanos aprovecharán precios increíblemente bajos para desplazarse por su país.

En menos de una semana, American Airlines, la promotora de una campaña de vuelos a mitad de precio que concluyó el pasado domingo, vendió todos sus asientos para los meses de julio y agosto. Delta Airlines hizo en cuatro días cinco millones de reservas. La verdad es que las ofertas durante la pasada semana no podían ser más atractivas: el vuelo de cinco horas entre Nueva York y San Francisco o cualquier otro de costa a costa valía 20.000 pesetas. American permitía hacer el trayecto de hora y media entre Washington y Boston por 6.500 pesetas. Y TWA ofrecía cubrir las tres horas y media de distancia entre Nueva York y Dallas por 17.000 pesetas.Todavía hoy, pasada ya la semana más caliente de ofertas, el viaje entre cualquier punto de la costa Este y Los Angeles cuesta 28.000 pesetas, y el recorrido de más de dos horas entre Washington y Chicago vale 18.000 pesetas. El vuelo entre Nueva York y la ciudad turística por excelencia, Miami, puede hacerse en estos momentos por sólo 29.000 pesetas en cualquier compañía y sin escalas. Los buenos precios afectan también a las tarifas de algunas compañías en sus vuelos a Europa, con excepción de España entre julio y agosto por culpa de la celebración de los Juegos Olímpicos. Delta es la que más lejos ha ido en sus ofertas de viajes trasatlánticos, con reducciones de hasta el 45% que dejan los vuelos desde Nueva York a París y Londres en menos de 40.000 pesetas.

Pasión por viajar

Estos precios han provocado una pasión por viajar que este país no conocía desde hacía muchos años. Los pasajeros guardaban colas en las puertas de las oficinas de venta de billetes desde la madrugada, y las centralitas telefónicas de todas las compañías llevan días saturadas. "La clase media puede ya tomar vacaciones. Todo el público se ha contagiado de una fiebre por volar que puede durar mucho tiempo", dice Laura Benedetto, operadora de turismo de Washington.Los expertos confían en que esta fiebre tenga consecuencias positivas en la debilitada economía norteamericana. En sólo diez días, las compañías aéreas han informado de la venta de más de 25 millones de billetes, lo que supone unos ingresos superiores a los 2.500 millones de dólares. El movimiento turístico que esos vuelos desencadenan permitirá una inyección de más de 15.000 millones de dólares a los sectores relacionados con los viajes. Las reservas de automóviles de alquiler, por ejemplo, aumentaron la pasada semana en 300.000, mientras que las reservas de hoteles crecieron en los primeros días de este mes en un 30%. Se espera que, como resultado de esta guerra de precios, se creen en este verano 100.000 nuevos puestos de trabajo en la industria turística.

Esa rebaja ha estimulado también una reducción de precios de la principal compañía de transporte terrestre de pasajeros, Greyhound Lines, que ofrece descuentos de entre un 15% y un 50%, lo que hace extraordinariamente asequible recorrer este país para los turistas norteamericanos y extranjeros con menos posibilidades económicas.

La competencia de ofertas llega después de dos años de crisis en la mayoría de las compañías de aviación. Las dificultades económicas obligaron al cierre de la famosa Pan Am y a la presentación de suspensión de pagos por otra empresa histórica, TWA, y por Continental.

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