700 personas, detenidas en Italia en virtud de las nuevas medidas antimafia

Setecientas personas fueron detenidas ayer en toda Italia como consecuencia de la entrada en vigor de un decreto que reorganiza la legislación antimafia, aprobado con urgencia por el Gobierno en funciones y publicado ayer mismo en el Boletín Oficial del Estado con efectos inmediatos.La totalidad de los detenidos eran personas ya implicadas en delitos relacionados con la Mafia y que gozaban de alguno de los beneficios -como arresto domiciliario, libertad condicional o libertad vigilada- que la nueva ley restringe sólo a aquellos procesados que colaboren con la justicia.

Este tratamiento diferenciado para los arrepentidos es una de las características del nuevo decreto, que el Parlamento deberá convertir en ley antes de seis meses. Otras normas prevén mayores facilidades de interrogatorio para la policía, mayores plazos para la instrucción del sumario, aplicación de la asociación mafiosa ya probada a otros procesos para un mismo individuo, posibilidad de traslado de las declaraciones procesales de un testigo a otros juicios y penas aumentadas para los culpables de falso testimonio.

Las medidas fueron bien acogidas tanto por el ex presidente de la Comisión Antimafia del Parlamento Gerardo Chiaromonte, como por el juez Giuseppe Ayala, colaborador y amigo del difunto juez Giovanni Falcone, que el pasado fin de semana recriminó públicamente al presidente del Gobierno en funciones, Giulio Andreotti, por "no haber querido vencer a la Mafia" y no haber asistido a los funerales del juez asesinado.

La mayoría de los 700 detenidos ayer lo fueron en las regiones de alto índice de delincuencia: 151 en Sicilia, 100 en Pluglia, 134 en Calabria y 175 en Campania. Se trata de regiones que aparecen fuertemente diferenciadas del norte y del centró del país a la luz de los resultados de las elecciones municipales celebradas en 151 ayuntamientos italianos durante el pasado fin de semana.

De acuerdo con los datos definitivos, dados a conocer ayer, los dos partidos de la mayoría tradicional, Democracia Cristiana (DC) y Partido Socialista (PSI), sufrieron fuertes pérdidas en el norte, en beneficio de las Ligas y de los neofascistas, mientras mantenían sus fuerzas en el sur. El PSI, sobre todo, logró un importante aumento global de su porcentaje de votos en estos ayuntamientos gracias al fuerte avance que registró en Campania, donde la abstención alcanzó un récord. El Partido Democrático de la Izquierda, ex comunista, bajó, en cambio, en el conjunto de estos municipios.