Mitterrand recibe a la reina de Inglaterra con todo el fasto republicano
Un chiste publicado ayer por un diario francés resumió con agudeza la situación del anfitrión y su huésped. Isabel II baja del avión y la banda comienza a tocar Dios salve a la reina. François Mitterrand, al pie de la escalerilla, dice: "Haré todo lo que esté en mis manos". La reina de Inglaterra llegó ayer a París arrastrando el peso de las crisis conyugales con sus hijos; el presidente francés la recibió con pompa versallesca.
La visita de Isabel II a Francia es la primera de carácter oficial que efectúa a este país en las últimas dos décadas, y desde el primer momento, Mitterrand desplegó ante la soberana todo el fasto que este país republicano ha heredado de los tiempos de Luis XIV. No quería ser menos que sus predecesores René Coty y Georges Pompidou, quíenes, en 1957 y 1972, acogieron a Isabel II con tanta solemnidad como entusiasmo popular.Cuando, con puntualidad exquisitá, el avión real aterrizó en Orly, la Guardia Republicana saludó a la soberana, vestida con un traje sastre de color salmón, con el God save the Queen y La Marsellesa, dos himnos de letras más bien contradictorias. Mitterrand recibió a Isabel II con estas palabras: "Madame, el cariño del pueblo francés a vuestra persona se ha incrementado desde vuestra última visita". La reina respondió en un francés impecable: "El Reino Unido tiene su lugar en el corazón de Europa, y el porvenir de Europa se confunde con el suyo".
Precedido por los lanceros a caballo de la Guardia Republicana, el cortejo oficial se dirigió hacia los Campos Elíseos y el Arco del Triunfo, donde millares de parisienses agitaron banderitas y dieron vivas.
La prensa francesa se preguntaba ayer si este viaje permitirá a Isabel II olvidar los problemas conyugales de sus hijos. Todos los diarios de París hablaban de los supuestos cinco intentos de suicidio de Lady Di, provocados, según se decía en Londres el pasado fin de semana, por la crisis de su matrimonio con el príncipe Carlos. Isabel, de 66 años de edad, celebra el 40º aniversario de llegada al trono en el momento en que la familia real británica atraviesa una ruda tormenta. A las no confirmadas informaciones sobre las gravísimas dificultades de la pareja formada por Carlos y Lady Di, deben añadirse los hechos ciertos de la separación entre el príncipe Andrés y Sarah Ferguson y el proceso de divorcio entre Ana y el capitán Mark Philips.
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