Aznar y Cuevas intentan zanjar hoy un enfrentamiento que dura ya ocho meses
Los presidentes del Partido Popular, José María Aznar, y de la patronal CEOE, José María Cuevas, intentarán hoy en Madrid rubricar una tregua en sus tensas relaciones, que se vienen arrastrando desde que el pasado octubre el PP decidiera no negociar con el Gobierno su pacto de competitividad. Las críticas declaraciones de Cuevas hacia el PP, publicadas el domingo en La Vanguardia, y la respuesta, el lunes, de Aznar han encrespado aún más la convocatoria de hoy, ya de por sí enrarecida por las alianzas contra natura de ambas formaciones dentro de sus respectivas estrategias políticas.
El martes 2 de junio, Aznar firmaba una carta dirigida a su tocayo de la patronal que concluía con una frase que no gustó demasiado a Cuevas. "Personalmente te ofrezco la posibilidad de vernos en la sede del PP el miércoles día 10, a las 17.00", decía el líder conservador antes de acabar la misiva con una frase cariñosa, a pluma: "Un fuerte abrazo de tu amigo...". El presidente de la patronal le respondió rápidamente aceptando la invitación, pero empezó a mascullar alguna pequeña venganza ante ese estilo que consideraba cuanto menos prepotente. Sobre todo porque los cuatro párrafos de la invitación del PP eran fríos y algo irónicos, a juicio de algunos colaboradores de la CEOE.La respuesta de Cuevas -fiel a su estilo en los últimos meses- la recibieron los populares el domingo, en una larga entrevista en la que el patrón de patronos acusaba al PP de ir contra los intereses generales de la economía, defendía la necesidad de un amplio consenso político y afirmaba que no iba a participar en "una operación de acoso y derribo del Gobierno como quiere la oposición". La maquinaria de Génova -sede central del PP- respondió a los ataques, y el propio Aznar calificaba de "frivolidad política" las palabras de Cuevas. Todo eso sucedía a menos de 72 horas de la cita en la cumbre entre dos líderes que supuestamente debían estar en sintonía política.
El duro enfrentamiento de los últimos días, sin embargo, sólo es un detalle más -y probablemente no el último- de la desavenencia entre ambas formaciones, fruto de las diversas actitudes y alianzas que han decidido el PP y la CEOE desde el pasado otoño. Mientras la oposición conservadora ha optado por el enfrentamiento directo con el Gobierno socialista y la alianza con las fuerzas de izquierda -IU y los sindicatos UGT y, en menor medida, CC OO-, la patronal ha tomado partido de forma beligerante en defensa de los planes de convergencia y competitividad de Carlos Solchaga y se ha unido al PSOE y los nacionalistas vascos y catalanes en su lucha por debilitar el poder sindical en España. Y en medio de todo ello sigue flotando en el ambiente la amenaza de la operación Conde, que el propio presidente de Banesto se ocupa personalmente de alimentar con declaraciones políticas y frases con doble sentido. [Respecto al enfrentamiento entre Cuevas y Aznar, Mario Conde consideró inevitable ayer, en declaraciones a TVE, que se produzca una libre confrontación de opiniones.]
Una y otra formación tienen teóricamente el mismo enemigo -el socialismo-, pero han escogido dos objetivos diferentes en su estrategia. "Los empresarios", explica un colaborador de Aznar, "saben que la próxima negociación colectiva va a ser especialmente dura porque las empresas ya no están tan bien como en años anteriores y tendrán que forzar una auténtica moderación salarial en el sector privado. Por eso quieren aprovechar la oportunidad que les brinda el Gobierno para debilitar a los sindicatos y evitar males mayores el próximo año". Según esa teoría, Cuevas se ha aliado con los socialistas en la lucha que éstos tienen con los sindicatos, especialmente con UGT, porque la patronal tiene mucho que ganar y poco que perder en esa estrategia".
En la sede de CEOE no niegan ese apoyo al Gobierno, aunque lo explican con razones más trascendentales -como viene diciendo el propio Cuevas en las numerosas entrevistas concedidas en las últimas semanas-, y acusan al PP de haber perdido el rumbo político "e intentar una operación de tenaza contra el PSOE a costa de tener que pactar con comunistas y sindicatos".
Decepción
Las fotos que se ha hecho Aznar recientemente con Nicolás Redondo y con Julio Anguita son como un sacrilegio para los representantes de los empresarios, que se sienten defraudados por un líder, José María Aznar, a quien dicen ayudaron a alzarse a la presidencia. Ambas posturas, que defienden con ardor las cúpulas del PP y la CEOE, no cuentan con todo el apoyo que quisieran tanto Aznar como Cuevas en sus respectivas bases. Algunos empresarios, críticos con Cuevas, comentaban con cierto disgusto ayer a este periódico el enfrentamiento público.Aznar y Cuevas intentarán esta tarde recomponer esas enrarecidas relaciones acompañados de sus más directos colaboradores. Por el PP acompañarán a Aznar el secretario general, Francisco Álvarez Cascos, y los portavoces del Congreso, Rodrigo Rato, y el Senado, José María Ortí Bordás. Junto a Cuevas estarán su delfín, Arturo Gil; el secretario general de la CEOE, Juan Jiménez Aguilar, y probablemente Carlos Pérez de Bricio.
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