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Dura crítica del Tribunal de Cuentas de la CE a la falta de eficacia de los fondos estructurales

, La reforma de los fondos estructurales de la Comunidad, aprobada en 1988, ha sido puesta en práctica de forma "desigual, tardía y parcial, y en algunos puntos importantes, las modificaciones efectuadas hasta el momento no han pasado de ser cambios de presentación o de forma, sin alcanzar los efectos cualitativos buscados". Esta dura crítica del Tribunal de Cuentas de la CE es el principal argumento de la mayoría de los Doce para juzgar "excesivo" el reforzamiento de la cohesión económica y social aprobado en la cumbre de Maastricht. El ministro Carlos Solchaga intentará hoy, mientras se estudia el plan de convergencia español, doblegar la resistencia de sus homólogos para entrar en el fondo del debate.

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El Consejo de Ministros de Economía y Finanzas de la CE aprobará hoy en Luxemburgo el programa de convergencia presentado por España. Los informes de la Comisión Europea y del Comité Monetario de los Doce contienen una evaluación positiva. Las principales dudas las plantean los objetivos ambiciosos de reducir el déficit público al 1 % en 1996 y recortarla inflación al 3%.La ausencia de pacto social deja en el aire la capacidad del Gobierno para disminuir los costes laborales y flexibilizar el mercado de trabajo si quiere conseguir, por la vía de disminución de costes, controlar los precios. El "aprobado general" al plan está garantizado, pero, según fuentes oficiales, "los criterios reales y ortodoxos en que se fundamenta hacen esperar una calificación más alta".

Fondo de cohesión

El otro punto clave de la reunión es el reforzamiento de la cohesión aprobada en Maastrich, cuyo análisis político se ha visto hurtado hasta el momento por la excusa generalizada de que hacían falta más datos. El presidente de la reunión, el ministro portugués Jorge Braga Macedo, antiguo funcionario comunitario, parece inclinado a orientar la discusión en torno a la gestión y la eficacia de los futuros programas. Solchaga intentará hacer valer el compromiso asumido por los ministros de Economía y Finanzas de presentar unas conclusiones esté mismo mes en la cumbre de Lisboa.El informe del Tribunal de Cuentas de la CE es el penúltimo ejemplo de la táctica dilatoría -en este caso por iniciativa de Holanda- de los países que tendrán que contribuir a financiar el reforzamiento de la cohesión en beneficio principalmente de España, Portugal, Grecia e Irlanda. El argumento es que las críticas a "la puesta en práctica y coordinación demasiado débil" de los actuales fondos aconsejan no doblar el esfuerzo por la falta de eficacia de las ayudas comunitarias.

En febrero de 1988, como consecuencia del Acta única, los Doce acordaron una duplicación de las ayudas regionales en el horizonte de 1993. El Tratado de Unión Europea aproba,do el pasado 11 de diciembre permitió un nuevo salto cualitativo, que se concreta en la duplicación de las ayudas para los cuatro países más pobres, objetivo al que contribuirá parcialmente el nuevo fondo de cohesión.

El Tribunal de Cuentas critica especialmente la existencia de múltiples intervenciones sin coordinar en una misma región (Fondo Regional, Fondo Social y modenización de la agricultura), así como la extensión de las zonas en declive industrial que "han sobrepasado el tope máximo del 15% de la población de la Comunidad". En la reunión del Comité de Representantes permanentes celebrada la pasada semana en Bruselas, el argumento de ciertos países, especialmente Holanda, fue que no hay razón objetiva para duplicar los fondos de nuevo, porque no "está probada su eficacia". El objetivo de la mayoría es rebajar las propuestas de la Comisión.

Los defectos de gestión son imputables especialmente a la Comisión Europea, porque "bajo el ángulo de la movilización de recursos para los Estados miembros, las constataciones parecen a primera vista más favorables", explica el informe. Sin embargo, el compromiso de adicionalidad (obligación de cada país beneficiario a invertir en desarrollo al menos tanto como recibe de la CE) no se cumple. Además, "la construcción de infraestructuras debe normalmente acompañarse de inversiones productivas, acompañadas a su vez por acciones apropiadas de formación".

Al margen de las críticas por la falta de control de los proyectos, el Tribunal de Cuentas considera "comprensible que los resultados esenciales de la reforma estén todavía por venir". Para corregir las insuficiencias, propone un mejor empleo de las financiaciones para evitar que las nuevas modalidades de gestión se queden "en cambios de fachada".

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