Los presos etarras de Salto del Negro, divididos tras la huelga de hambre
El colectivo de presos etarras de la cárcel Salto del Negro, en Las Palmas de Gran Canaria, que protagonizó recientemente una huelga de hambre y sed de más de un mes de duración, se muestra dividido. Según informaron fuentes penitenciarias, varios de los 15 internos de ETA comienzan a elegir a su compañero de módulo para evitar presiones en la convivencia diaria de los presos del sector más duro. La dirección de la prisión ha recibido varias peticiones en tal sentido.
Fuentes penitenciarias consideran que, a falta de razones objetivas y ante los sucesivos golpes y éxitos policiales, ETA terminó tratando de concentrar toda la atención de sus partidarios en la reciente huelga. Concretamente, tres de los presos -Juan Oregui Echevarría, Jon Gaztelumendi Uribarren y Juan María Tapia Irujo-, con largas condenas y carreras delictivas, han constituido un grupo de fortaleza, que trata de imponer la disciplina interna. Los tres han cumplido alrededor de 12 años de reclusión y sus condenas oscilan entre 90 y 100 años.Fue precisamente uno de estos presos, Jon Gaztelumendi, el que el 23 de mayo respondía a la Comisión de derechos Humanos del Parlamento vasco que no podían abandonar la huelga de hambre. Pero Gaztelumendi también afirmaba que "la decisión que ha adoptado" la comisión, consistente en pedir el fin de la protesta, les parece a los internos "la adecuada", informa desde Vitoria Pedro Gorospe. Lo sorprendente es que esta resolución, adoptada a propuesta de Kepa Aulestia, de Euskal Ezkerra (EUE) fue aprobada con la oposición de los parlamentarios de HB.
Las Fuerzas de Seguridad del Estado en Gran Canaria se encuentran en situación de máxima alerta ante el temor de que alguna carta bomba esté en camino hacia la isla, con destino a la prisión de Salto del Negro. En abril pasado, un artefacto remitido a un funcionario fue interceptado a tiempo.
En Salto del Negro están concentrados varios de los presos de ETA con mayor condena. Se trata de algunos de los más reacios a las medidas de reinserción. Entre ellos figura el miembro de comando Madrid Esteban Nieto (condenado a 3.660 años de cárcel) y Jesús Zabarte Arregui, privado de libertad desde mediados de los años setenta.
Los presos manifiestan signos de "nerviosismo y desaliento", según fuentes penitenciarias, por las recientes detenciones de la cúpula de ETA en Francia.
Concentrar la atención
En medios de la dirección de la prisión grancanaria se baraja la hipótesis de que, a pesar de las discrepancias internas, el sector más duro de los presos intentará promover próximamente una nueva protesta, después de que sus miembros se recuperen. El pasado febrero los presos habían concluido otra huelga similar de 41 días y cuyo origen fue la reivindicación de comunicaciones íntimas con sus familiares.El juzgado de vigilancia penitenciaria ha autorizado este beneficio hasta el momento a siete de los reclusos y quedan pendiente de resolución otros recursos. Los presos de ETA reclaman también el reagrupamiento en un solo departamento carcelario, aspiración que no ha sido hasta el momento satisfecha.
Fuentes penitenciarias interpretan que ETA ha decidido polarizar en los últimos meses la atención de la opinión pública sobre sus presos en dicha prisión, con el fin de dar la imagen de que la misma es una especie de "centro de exterminio".
La decisión de los presos de poner fin a su acción de fuerza no fue consecuencia de un acuerdo entre los internos y la dirección del centro, según asegura la Secretaría General de Asuntos Penitenciarios. Fuentes penitenciarias indicaron que el 90% de los supuestos acuerdos ya eran realidad desde antes de la huelga y "seguirán siéndolo después de la misma".
Lo que "no han obtenido ni podrán obtener" los presos, se gún las fuentes citadas, es no ponerse en pie en las celdas para los recuentos diarios. El juez de vigilancia ha dado la razón a a la di rección del establecimiento penitenciario sobre este conflictivo aspecto.
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