EE UU presiona en vano para que la OTAN intervenga contra Serbia

ENVIADO ESPECIAL,Estados Unidos intentó ayer -por ahora con escaso éxito a causa de la oposición de Francia- que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) contribuya a establecer una estricta aplicación de las sanciones impuestas a Serbia por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a finales de la semana pasada, aunque no especificó si debería llegar a someter a las dos repúblicas que integran la nueva Yugoslavia a un embargo aéreo y naval.

Desprovista, en cierta medida, de objetivos desde que se desmoronó el Pacto de Varsovia, la UTAN se propuso ayer una nueva tarea. Ofreció su experiencia y también sus recursos, incluidas sus tropas, a la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) que agrupa a 52 países del Viejo Continente y de Asia Central."( ... ) estamos dispuestos a apoyar", reza el comunicado final, "caso a caso y en conformidad con nuestros procedimientos, las actividades de mantenimiento de la paz iniciadas bajo la responsabilidad de la CSCE poniendo a disposición los recursos y competencias de la Alianza".

Esta contribución de la Alianza Atlántica no es incompatible con las que otros países miembros de la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europea u otras organizaciones deseen efectuar.

Bajo la presidencia del ministro turco de Asuntos Exteriores, Hikmet Cetin -que sustituyó al español, Francisco Fernández Ordóñez, aquejado de problemas de salud-, los jefes de la diplomacia de la Alianza Atlántica se reunieron ayer en Oslo y hoy tendrán un encuentro con sus homólogos del antiguo Pacto de Varsovia.

Apoyo a las sanciones

"En el caso de la antigua Yugoslavia", afirmó en su discurso el secretario de Estado adjunto de Estados Unidos, Lawrence Eagleburger, que sustituyó a James Baker, Ia OTAN debe estar lista para apoyar la puesta en práctica de las sanciones de la ONU de forma adecuada y en coordinación con otras organizaciones".

Francia, y en menor niedida otros aliados europeos de Washington, lograron sin embargo aguar este empeño de EE UU que, después de haber estado a la zaga de la Comunidad Europea (CE) en sus críticas contra Belgrado, se ha puesto ahora a la cabeza de la ofensiva para doblegar a una Serbia acusada de atizar la guerra civil en Bosnia-Herzegovina.

En el comunicado final del Consejo Atlántico, los 16 aliados se declaran "determinados a garantizar la eficacia de las sanciones" pero, en contra de la pretensión estadounidense, no señalan que están dispuestos a utilizar para ello "todos los medios a su alcance", un añadido que hubiese podido permitir a la OTAN impulsar un embargo aéreo y naval.

Confiado, acaso, de que el compromiso adquirido por la Alianza Atlántica con relación a Yugoslavia iba a ser mayor, Eagleburger aseguró que Estados Unidos estaba dispuesto a ofrecer medios de transporte aéreo, y de apoyo logístico y que incluso "no descartaba proporcional contingentes terrestres similares a los de otros países" deseosos de contribuir a la preservación de la paz.

"Aquellos que dudaban de nuestros futuros objetivos encontrarán hoy una respuesta porque nos hemos comprometido con una nueva misión", aseguró el vicesecretario de Estado norteamericano.