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La policía decomisa 101 kilos de oro a contrabandistas de Madrid y Barcelona

Una red de contrabando de oro introducía este metal desde Francia. Un anciano, propietario de una tienda de regalos en Barcelona, y dos familiares suyos se encargaban de distribuir el oro a diferentes entidades, según la policía. La red ha sido desarticulada por la policía, que ha detenido a tres hombres y una mujer y se ha incautado de 101 kilogramos de oró y 94 millones de pesetas en Madrid y Barcelona.

Hace tres meses, los inspectores del Grupo de Investigación de Delitos Fiscales y Monetarios de la Brigada de Policía Judicial supieron que un grupo de personas vendía oro a profesionales de la orfebrería e intermediarios a precios más bajos que los fijados por el mercado de metales preciosos y sin IVA. El precio del kilogramo de oro está fijado en 1.200.000 pesetas aproximadamente.Los agentes supieron que una empresa de Madrid, Mepar, situada en la calle de Canarias, vendía oro sin factura. Las investigaciones y las vigilancias al personal de la empresa llevaron a los policías a la sede de la compañía en Barcelona, en la calle de Lisboa, que suministraba el metal a su sucursal en Madrid.

El proveedor de Mepar era Faustino, Melón Masid, un anciano propietario de una tienda de regalos en la calle del Carmen, en Barcelona. Este hombre era ayudado por su esposa, Artemia Valcárcel Domínguez, y un sobrino que era conductor de un taxi, Julio Melón Valcárcel, que atendían los importantes pedidos de oro "de diferentes industriales y en cantidades considerables", según la policía.

Chalé en Granollers

La familia poseía un chalé en Santa María Palautordera, cerca de Granollers, en Barcelona, adonde viajaban un par de veces a la semana. Según la policía, varios coches de gran cilindrada con matrículas de Navarra y Barcelona, sobre todo, visitaban la casa. Después, se trasladaban a la zona fronteriza de Navarra con Francia. La vigilancia policial determinó que uno de los visitantes era José Beola Ageste, propietario de un restaurante en la frontera con Francia y vecino de Vera de Bidasoa (Navarra). Según la policía, el lugar tan privilegiado donde tenía su negocio "le permitía sacar moneda espafiola e introducir oro de contrabando".El pasado martes, los agentes detuvieron a Faustino Melón y a su sobrino, además de al supuesto proveedor, José Beola, en el chalé de Santa María. Presuntamente, estaban efectuando una operación. La policía se incautó de 61 millones de pesetas y 71 lingotes de oro de un kilogramo, con el número de identificación borrado.

Los 61 millones estaban en un doble fondo del vehículo del anciano. Los lingotes se encontraron en diferentes trampas practicadas en los laterales del coche de José Beola, un Volkswagen Corrado. En la tienda de regalos de Faustino Melón, la policía encontró otros tres kilos de oro y nueve millones y arrestó a la mujer del comerciante.

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En un registro del chalé barcelonés se hallaron otros 22 millones de pesetas. Los agentes siguen buscando en la vivienda para intentar encontrar más dinero en otros escondites.

También se registró la sede de la empresa Mepar, en Madrid. Se encontraron 27 kilogramos de oro y dos millones de pesetas. La policía investiga ahora a quienes compraron el oro sin factura por si hubiera un delito de defraudación al Estado.

Los cuatro detenidos se encontraban ayer en los calabozos de la Jefatura de Policía de Barcelona, a disposición del Juzgado Central de Delitos Monetarios de la Audiencia Nacional, cuyo titular es el magistrado Miguel Moreiras.

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