Giovanni Colombo, cardenal y ex arzobispo de Milán

El cardenal Glovanni Colombo, que en 1963 sucedió como arzobispo de Milán a Giovanni Battista Montini, quien había sido elegido papa con el nombre de Pablo VI, falleció el pasado miércoles en Milán a la edad de 89 años. Hombre difícilmente catalogable, fue uno de los miembros más influyentes de la jerarquía italiana. Tradicional en extremo en algunas materias y progresista en otras, fue una de las figuras más destacadas del Concilio Vaticano II, en cuya preparación trabajó activamente.

Nacido en Caronno, en el norte de Italia, se graduó en Teología en 1926, el mismo año que se ordenó sacerdote. Fue profesor de Oratoria y de Literatura en la Universidad del Sagrado Corazón, de Milán. En 1960 fue nombrado obispo auxiliar de Milán, y en 1963 fue nombrado arzobispo de Milán, la diócesis mayor de Italia, puesto en el que permaneció hasta 1979.

En el concilio actuó en varias ocasiones como portavoz de un número considerable de obispos italianos. Así, encabezó a los que pedían una reforma radical de la vida y la enseñanza en los seminarios, encaminada exclusivamente en aquellos momentos, según sus palabras, "a proteger a los seminaristas del contagio con el mundo y a separarlos de una sociedad a la que un día tendrían que evangelizar".

También destacó en el concilio su fuerte oposición, esta vez como portavoz de 32 obispos italianos, a que la Iglesia admitiese cualquier método artificial de anticoncepción. Más adelante apoyó firmemente la encíclica de Pablo VI sobre estas cuestiones, Humanae vitae, y advirtió seriamente a los jesuitas de la Universidad del Sagrado Corazón, de Milán, de la que era rector, que no admitiría ninguna crítica a las enseñanzas papales en esta materia.

En política, por el contrario, mantuvo posiciones progresistas. Posiblemente la más comentada fue su participación en el multitudinarlo recibimiento que los trabajadores milaneses dieron al secretario del Partido Comunista de Chile, Luis Corvalán, cuando éste fue liberado de las prisiones de Pinochet. "Estamos conmovidos por tenerle entre nosotros y por conocerle en persona", le dijo a Corvalán. "Hemos hablado mucho de usted durante los días dramáticos para el pueblo chileno".