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Los armenios abren un pasillo hacia Nagorni Karabaj

Los armenios abrieron ayer, a través del distrito azerbaiyano de Lachín, ahora dominado por los kurdos, un pasillo que une el enclave de Nagorni Karabaj con Armenia. El primer convoy con heridos ya llegó al distrito armenio de Gorís. El pasillo fue abierto después de que el domingo por la noche los militares azeríes abandonaran la ciudad de Lachín, desconfiando de la población kurda que vive allí y atemorizados por la ofensiva armenia. Los dirigentes de Nagorni Karabaj llegaron a un acuerdo con los kurdos para abrir el corredor. Los kurdos constituyen la población dominante en los distritos de Kelbadzhar, Lachín y Kubatlí, fronterizos con Armenia, en los que en los años veinte gozaron de una autonomía que ahora desean recuperar. Ayer declararon que permitirán el paso a través de su territorio de cualquier carga que no sea militar.

Los kurdos, que no desean participar en el conflicto que enfrenta a Armenia y Azerbaiyán, están combatiendo contra las formaciones armadas azeríes, según los armenios, para obligarles a abandonar la zona. Sin embargo, la Embajada azerbaiyana en Moscú desmintió que haya enfrentamientos entre kurdos y azeries.

Las uerzas armenias entraron ayer en el enclave azerbaiyano de Najicheván, situado entre Armenia y Turquía, para impedir que los ataques artilleros de los azeríes contra los pueblos armenios fronterizos. El ataque se prolongó seis horas y fuentes armenias reconocieron haber sufrido cinco bajas.

El presidente de Najicheván, Geidar Aliyev, declaró a la agencia Reuter que tropas armenias apoyadas por carros de combate habían tomado varias colinas en torno a Sadarak -a sólo 12 kilómetros de la frontera turca-, desde las que bombardearon la ciudad. Al menos cinco azerbaiyanos resultaron muertos y 40 heridos. El ministro de Exteriores turco, Erdal Inonu, ha declarado que su país no descarta una intervención en Najicheván.

En Moldavia, otro foco de tensión en la Comunidad de Estados Independientes, seis personas resultaron muertas y 18 heridas como resultado de nuevos enfrentamientos entre moldavos y rusohablantes. Esta nueva violación del alto el fuego acordado entre las partes en conflicto ensombreció la llegada ayer a Kishiniov, la capital moldava, del presidente rumano, Ion lliescu.

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