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FERIA DE SAN ISIDRO

La invasión de los mosquitos

Antonio Lorca

Pablo Romero / Morenito, Castillo, GalánCuatro toros de Pablo Romero, mansurrones y deslucidos; 5o, sobrero, de Isabel Núñez, en sustitución del titular, devuelto por cojo, manso; 6o, sobrero, de Diego Garrido, en sustitución de un titular inválido, muy deslucido.

Morenito de Maracay: pinchazo y casi entera perpendicular (silencio); tres pinchazos y tres descabellos (pitos). Pedro Castillo: pinchazo y estocada (palmas); media (silencio). Juan Pedro Galán: pinchazo, estocada caída y descabello (silencio); dos pinchazos, media y tres descabellos (palmas). Plaza de la Maestranza, 17 de mayo. Media entrada.

ANTONIO LORCA

Cuando el quinto toro de la tarde era devuelto a los corrales por cojo, una nube de mosquitos invadió la plaza de la Maestranza. Más que una nube, eran nubarrones de trillones de mosquitos. El público, entre divertido y asombrado, hizo frente al enemigo con las armas que tenía: chaquetas, periódicos, programas de mano... Y los mosquitos volvían a la carga, tendido a tendido, en un intento serio de desalojo maestrante. Algunos aficionados desistieron, agobiados, sobre todo, por la mujer con camisa amarilla más que por el enemigo, pero la mayoría aguantó la pelea limpiamente, con valor, con decisión... Y los mosquitos se batieron en retirada.

Fue una pelea emocionante, de poder a poder... Mucho más valiente que la que habían librado los toreros del cartel, con la excepción del diminuto pero ilusionado Juan Pedro Galán.

La corrida de Pablo Romero, de nivel más aceptable que la que envió el año pasado, ha sido mansurrona y deslucida. Hay que hacer notar, sin embargo, que sólo el tercero presentó graves dificultades en la muleta, aunque tuvo un buen comportamiento en varas. El segundo tuvo raza y recorrido, y los otros dos, sosos y con problemas. De todos modos, difícil recuperación tiene esta ganadería mientras la lidien toreros afligidos, con el ánimo por los suelos a la primera dificultad. Los toros fueron deslucidos, pero lo parecieron mucho más en las manos de Morenito y Castillo.

Decía un aficionado que lo único que Morenito pretende es aparecer en los carteles de la feria de Sevilla. Será verdad, y, además debe tener enchufe, porque no se pueden hacer más méritos que los que el hizo para no volver a la Maestranza. Medroso, precavido, a merced del toro, mucha postura y poca verdad. Estuvo mucho peor que sus dos toros.

Castillo no parece el de antes. Muchas prisas, muleta retrasada, fuera de sitio... Desaprovechó las pocas y buenas embestidas del segundo.

Galán se ganó el respeto de todos por méritos propios. Sustituía a El Fundi, pero se mostró más serio, cuajado y decidido que la mitad de las figuras que han pasado por Sevilla sin pena ni gloria. Se peleó a ley con el tercero, el más dificil, y aguantó lo inaguantable en el último. No mató bien, pero logró la admiración de la Maestranza.

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Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

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