Seis miembros de la CEI firman un acuerdo militar
Seis miembros de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) suscribieron ayer un acuerdo de seguridad colectiva que, en palabras del presidente de Kazajstán, Nursultán Nazarbáyev, supone la creación de una "alianza defensiva". La sexta cumbre de la CEI, que terminó prácticamente ayer, dibujó así una comunidad con miembros de dos categorías: los aliados y los que no lo son. Los firmantes de este acuerdo son Rusia, Armenia y las repúblicas asiáticas de Kazajstán, Tayikistán, Turkinenistán y Uzbekistán.
Este reparto inclina claramente la CEI de primera hacia el Este. Mientras tanto, en la parte europea, Ucrania ya se proclamó país neutral antes incluso de que desapareciera la URSS y Bielorrusia ha seguido sus pasos. Moldavia se halla fuertemente enfrentada a Rusia, a la que acusa de ayudar a los separatistas del Transdniéster, y Azerbaiyán está sumido en el caos político, lo que le impide tomar cualquier decisión de importancia. Esta alianza surge como consecuencia de la creación de ejércitos propios en los nuevos Estados independientes, con el consiguiente desmembramiento del que se llamó Ejército Rojo y que ahora, ya por poco tiempo, constituye las Fuerzas Armadas de la CEI. Para coordinar los ejércitos nacionales, se está creando, según explicó Nazarbáyev, el "Consejo de Seguridad Colectiva".
La mayor parte de los dirigentes de la CEI trataron de restar importancia al hecho de que cinco países, entre ellos Ucrania, no estuvieran representados en Tashkent por sus presidentes. El líder ruso, Borís Yeltsin, apuntó que, a pesar de que sólo había seis firmas bajo el acuerdo, esperaba que pronto hubiera alguna más, en aparente referencia a la asiática Kirguizistán.
En la conferencia de prensa que siguió a la reunión, Yeltsin tuvo que salir al paso de las acusaciones de algunos diputados de que había llegado borracho a Tashkent y afirmó que sentía "vergüenza por aquéllos que plantean semejantes problemas en el Parlamento". El presidente ruso volvió a atacar con dureza al Congreso de los Diputados ruso y, después de decir que el 90% de los parlamentarios que se habían opuesto a "la entrega de tierras al pueblo" eran ex comunistas, agregó: "Yo abogo por que a través de un referéndum u otra vía constitucional se apruebe una enmienda en la Constitución que reduzca el margen de actuación del Congreso".
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