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La Ertzaintza estrecha su cerco sobre Gadafi

La Ertzaintza (policía vasca) estrechó ayer el cerco que ha tendido en la comarca vizcaína de Uribe Costa para detener al jefe del comando Vizcaya de ETA, Juan Carlos Iglesias Chouzas, Gadafi. En esa misma zona fue detenido en la tarde del miércoles su compañero Javier Martínez Eizaguirre, Javi de Usansolo. Los responsables vascos de, Interior sospechan que el jefe del comando sigue aún en esa zona, cada vez más cansado y con menos posibilidades de huir. Un responsable de la Ertzaintza conocedor de la operación señaló que Interior prevé "mantener el cerco y exprimirlo a fondo". "No se nos puede escapar de ahí", añadió. Los primeros interrogatoríos a Eizaguirre no han aportado pistas para llegar hasta el jefe del grupo.

Los múltiples controles que ayer mantenía la Ertzaintza en las carreteras que unen los municipios vizcaínos de Sopelana, Urduliz y Plentzia confirmaban la tesis apuntada por los responsables de Interior. La voz de los ertzainas en los controles evidenciaban, sin embargo, su cansancio: "Abra usted el maletero, por favor", exigía ayer un ertzaina en voz baja y con el chaleco antibalas desplegado sobre el capó de un coche patrulla.Sólo el lanzamiento de unos petardos en Sopelmar, una urbanización cercana a la playa de Sopelana, rompió la tranquilidad. Los vecinos creyeron escuchar una ráfaga de metralleta. El viceconsejero de Interior, José Manuel Martiarena, quien dirigió en primera línea de fuego la detención de Javi de Usansolo en Urduliz, desmintió el rumor. La Ertzaintza prevé aligerar hoy los controles si no se consigue localizar al jefe del comando Vizcaya.

Cansado y con hambre

El pasado miércoles, Javi de Usansolo se entregó a la policía tras saltarse un control próximo a la vivienda que le sirvió de último refugio. Fuentes oficiales señalaron ayer que en los primeros interrogatorios tras su arresto, el etarra no ha dado pistas sobre el paradero del jefe del comando Vizcaya y se ha limitado a repetir que estaba cansado y con hambre, y que había pasado la noche, en el monte. Otras fuentes comentaron que "Usansolo está aún en la etapa de las mentiras. Ha llegado incluso a decir que desconocía el paradero de Gadafi desde el tiroteo en Sopelana".

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La zona que ayer rastreaban ertzainas encapuchados, apoyados por helicópteros y una docena de perros, tiene pequeñas altiplanicies pobladas de una vegetación muy tupida. El cerco policial abarca unos 10 kilómetros a laredonda. El que ambos activistas liberados hayan pasado en esta comarca unos dos meses demuestra un relativo conocimiento del terreno. La profusión de viviendas deshabitadas en esta época del año en la comarca o la posible existencia de un zulo [escondite] de seguridad dificultan las tareas de rastreo iniciadas en la noche del martes.

Los coordinadores de la operación mantienen la intensidad del cerco y sospechan que Gadafi no se entregará fácilmente. El hecho de que, tras el tiroteo de Sopelana, Eizaguirre e Iglesias volviesen al caserío que les sirvió de escondite los últimos meses parece indicar que iban a buscar armas para enfrentarse a la policía. Ayer acudió a la zona una comisión de parlamentarios de HB, informa Eva Larrauri. El diputado Jon Idígoras, el senador José Luis Elkoro y el eurodiputado Karmelo Landa pidieron a los ertzainas que les pusieran en contacto con el viceconsejero de Interior, José Manuel Martiarená, como responsable de la operación. Cuando se les sugirió que utilizaran "Ios canales reglamentarios" los dirigentes de HB atribuyeron de antemano a Martia, rena la responsabilidad de un eventual "desenlace dramático" de lo que denominaron "caza del hombre".

Por otra parte, Manuela Pérez de Nanclares, de 67 años, detenida el martes por su presunta relación con el comando Vizcaya de ETA quedó ayer en libertad.

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