El alcalde de Burgos confirma su dimisión pero la aplaza hasta encotrar un sucesor
J G. IBÁÑEZ / M. CALVO, El alcalde de Burgos, José María Peña, confirmó ayer públicamente su dimisión y abandono del Ayuntamiento, si bien no la formalizó en el registro municipal con el ar-gumento de que prefiere esperar a encontrar un sucesor de consenso. Ningún concejal había mostrado hasta ayer su disposición a suceder al todavía alcalde, y según el PP, existe un problema problema políticopara hallar una persona que acepte ese puesto, además de reunir condiciones para ello. Los dos concejales condenados junto con Peña por prevaricación, abandonarán proximamente el Ayuntamiento burgalés.
Como posible sustituto de José María Peña se sigue barajando el nombre de Francisco Javier Quintanilla.Peña hizo pública su decisión tras conversar por teléfono, a primera hora de la mañana, con el presidente del PP, José María Aznar, y el secretario general, Francisco Álvarez Cascos. A continuación, se reunió con sus concejales en un despacho y redactó un comunicado de despedida como alcalde. Minutos antes de las 15.00 horas, José María Peña, hizo llegar por fax al presidente del PP el escrito en el que confirmaba su próximo cese. El comportamiento de Peña sorprendió ayer a los partidos políticos de la oposición e incluso a varios concejales del Grupo Popular.
Peña, -que está condenado a 12 años de inhabilitación por un delito de prevaricación continuada-, anuncié ayer públicamente su dimisión tras la confusión generada por la reunión realizada la noche anterior por el grupo de concejales populares. Cuando la cúpula del Partido Popular confiaba en que de esa reunión saliera la confirmación de la dimisión de Peña, los reunidos difundieron un comunicado conjunto en el que, en cierta manera, plantaban cara a Aznar. Los concejales, la mayoría de ellos incondicionales de José María Peña, proclamaron que "tomaban en consideración" la petición de cese del alcalde por parte de Aznar, y además matizaban que sería "atendida cuando los intereses de la ciudad lo aconsejasen".
En el comunicado se refren daba la confianza de todos los concejales en el alcalde y los otros dos ediles condenados por la sentencia del caso de la construcción. Además se expre saba la "absoluta certeza y con vicción" de que José María Peña, Manuel Muñoz y Víctor Martínez, "han actuado siempre guiados por el único interés del bien de la ciudad y con el pleno convencimiento del más absoluto respeto a la legalidad".
Dilación y resistencia
La dilación y resistencia del grupo municipal enojé a la dirección nacional del PP, convencida de que Peña estaba, dando los pasos para abandonar la presidencia de la corporación burgalesa, pero también preocupada porque ante la opinión pública parecía lo contrario. Hasta tal pun to los dirigentes del PP se sintieron contrariados que Peña incluyó ayer en su comunicado un apartado para salvarles la cara. Según la versión de éste, el propósito de garantizar la gobernabilidad del Ayuntamiento, "la serenidad y concordia ciudadanas" ha sido lo que ha demorado en los últimos días su decisión final.
Peña y los dirigentes nacionales del PP pactaron ayer el proceso a seguir a partir de ahora. El alcalde no presentará en el registro su dimisión hasta pactar un sucesor que tenga apoyo unánime. Cuando haya un candidato consensuado, Peña dimitirá como alcalde y los concejales Manuel Muñoz y Victor Martínez como miembros de la corporacion.
Una vez que la Junta Electoral expida la acreditación de los nuevos ediles, el siguiente pleno del Ayuntamiento empezará por dar posesión a los nuevos concejales para, a continuación, realizar la elección del alcalde. El secretario general del PP, Francisco Álvarez Cascos, declaró ayer qué e1comunicado difundido por José María Peña muestra que los tres problemas solapados con los que se encon traba el Partido Popular en Burgos "han quedado resueltos satisfactoriamente". El primero, trasladar a una persona condenada por vía penal las responsabilidades políticas que le concernían al margen de las penales, pendientes de confirmación por el Tribunal Supremo. El segundo problema era conservar la alcaldía y un grupo mayoritario, para lo cual era imprescindible mantener su cohesión. "El tercer problema", concluyó Álvarez Cascos, «era evitar la aparición de un' partido político nacido de una escisión del Partido Popular. El presidente del PP de Burgos, Juan Carlos Aparicio, ratificó ayer el compromiso. de José María Peña de que no quedará descalabrado el grupo municipal, a pesar de la amenaza de algunos concejales de dimitir si se iba el alcalde. Ayer mismo el concejal Miguel Vallecillo manifestó a. Radio Nacional que "lo que me pide el corazón es marcharme con él, pero a lo mejor le obedezco en aras a la fidelidad que siempre le he tenido". En fuentes del PP de Burgos se indicó que la dimisión podría hacerse efectiva antes de 10 días.
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