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El 'numero uno', de ETA contestó con sonrisas a las 70 preguntas que le formuló el juez Garzón en París

Francisco Múgica Garmendia, Pakito o Artapalo, se negó a responder ayer al interrogatorio al que le sometió en París el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón para esclarecer sus responsabilidades como máximo dirigente de la banda terrorista ETA hasta su captura en Bidart el pasado 29 de marzo. Pakito se atrincheró en el silencio de una sonrisa pretendidamente irónica, cuando Garzón le preguntó si ETA pensaba seguir cometiendo atentados. Igual actitud tuvo el dirigente etarra José Arregui Erostarbe, Fitti.

A Pakito, la mañana se le fue en sonrisas, según las fuentes consultadas por este diario, que aseguraron que el máximo dirigente de ETA declinó contestar al interrogatorio sobre cuatro asesinatos cometidos por la banda armada el pasado mes de enero. El dirigente etarra tiene responsabilidades mucho más antiguas, pero no puede ser preguntado, sobre los procedimientos que ya tiene en marcha, bien por parte de la justicia francesa o bien porque sean susceptibles de extradición.Al término del interrogatorio, Garzón se dirigió a Múgica y le explicó que se considera un juez muy persistente, por lo que no desesperaba de que alguna vez, andando el tiempo, contestase a sus preguntas. El juez le dio a entender que más pronto o más tarde, y con los años de cárcel que tiene por delante, Pakito tendrá que responder por sus actividades. El etarra respondió que quizá alguna vez sería posible "en el marco de una conversación".

Pakito pidió expresarse en euskera y Garzón le dirigió las preguntas a través de un intérprete, traducidas además al francés y al castellano. Esa dinámica hizo que el interrogatorio resultase agotador, hasta el punto de que uno de los gendarmes que custodiaban al detenido se derrumbó, víctima de una lipotimia. Al mediodía, el dirigente etarra había dejado sin contestar 60 o 70 preguntas sobre sus actividades al frente de la organización armada y otras sobre los sumarios abiertos por el asesinato del consejero de Estado Manuel Broseta, en Valencia; de dos músicos militares en Barcelona, y de un policía en Bilbao.

Garzón pidió a Pakíto que entendiera que si había estado pesado era debido a tanto tiempo como las autoridades españolas llevaban detrás de él. También le reiteró que cuando ETA tenga verdadera intención de abandonar la violencia, volverá a tomarle declaración.

José Arregui Erostarbe, Fitti, se mostró mucho más agresivo y tenso que Pakito, a quien distintas fuentes describieron "como si estuviera ido o ausente". Arregui fui interrogado por Garzón acerca del atentado que mutiló a la niña Irene Villa y a su madre el año pasado en Madrid. Al igual que Pakito, Arregui se negó a contestar, pero se expresó en castellano para decir que no podía soportar que se le identificase como Fitti, apodo que, según él, es una invención de la Policía.

A la salida del despacho de la juez francesa Laurence Le Vert, donde fue interrogado por Garzón, Pakito vestía un suéter negro de lana y un pantalón tejano. La figura del jefe etarra sorprendió a los periodistas por su escasa estatura y por aparecer más entrado en carnes de lo que las escasas fotografías difundidas parecen revelar. Con su cara aniñada y abundante cabello, sonreía, aparentemente encantado por tanta expectación.

Detenciones en Bretaña

Por otro lado, seis simpatizantes de ETA fueron detenidos ayer en el noroeste de Francia e inmediatamente, quedaron incomunicados en la comisaría de Rennes. Los arrestados -de nacionalidad francesa y próximos a los medios autonomistas bretones- están acusados de "organizar una red de apoyo logístico a ETA", instaurada hace tres o cuatro años en la región de Bretaña.

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