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Los islámicos entran en el Gobierno de Tayikistán

Los representantes del Gobierno de Tayikistán y de las fuerzas de la oposición, que mantienen una manifestación ininterrumpida desde hace más de mes y medio, llegaron ayer a un principio de acuerdo para formar un Gobierno de coalición gracias a la mediación del comandante militar de la plaza. Este pacto supone en principio la entrada en el Ejecutivo de miembros de partidos islámicos por primera vez en una república de la Comunidad de Estados Independientes (CEI).

Pese al pacto, la situación no acabó ayer de aclararse al no crearse formalmente el nuevo Gobierno de coalición y persistir los grupos islámicos en sus presiones para forzar la dimisión del presidente tayiko, el veterano comunista Rajmán Nabíyev.Las negociaciones que llevaron al principio de acuerdo comenzaron sólo horas después de que las fuerzas policiales que defendían el edificio del KGB, donde se había refugiado el presidente Nabíyev, dispararan contra los manifestantes y causaran al menos ocho muertes. Tras el inicio del tiroteo intervinieron unidades blindadas de las fuerzas de la CEI acuarteladas en la ciudad para restablecer el orden, bajo las órdenes del coronel Viacheslav Zolovotni.

A renglón seguido, el coronel Zolovotni reunió a los representantes de las partes enfrentadas y actuó de mediador en una larga reunión que dio como fruto, ya entrada la madrugada de ayer, un acuerdo de principio sobre la formación de un Gobierno de coalición de 24 carteras, ocho de las cuales deben ser ocupadas por miembros de la oposición democrática e islámica.

Como nombres seguros de ese Gobierno se citaban ayer el de Bajrom Rajmánov -el dirigente de la Guardia Nacional que se pasó a la oposición para evitar el derramamiento de sangre- para Defensa y el de Mamadáyev Navzhuvánov para Interior. Navzhuvánov ya formaba parte del Gobierno tayiko, pero su postura comprensiva hacia la oposición le llevó a enfrentarse al ala más dura del Gobierno. En el origen de la gran manifestación que ha puesto en crisis al poder en esta república centroasiática estuvo precisamente el deseo de los opositores de preservarlo en el cargo cuando el grupo de diputados más conservadores trató de defenestrarlo. El acuerdo alcanzado incluía también el desarme de los contendientes.

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