El Ejército toma el penal de Lima donde resistía Sendero Luminoso
El asedio de cuatro días al penal limeño de Canto Grande, el bastión de sendero luminoso, concluyó en la madrugada de ayer (hora española) tras un asalto de las fuerzas de seguridad que duró casi todo el día y en el que policías y soldados y terroristas intercambiaron intenso fuego de armas automáticas. El número de bajas durante todo el motín supera los 30 muertos, aunque se teme que la cifra final sea mucho mayor. El presidente Alberto Fujimori cifró en 28 el número de víctimas mortales.Fujimori dio la orden de asaltar Canto Grande, donde se habían hecho fuertes unos 600 reclusos del grupo maoísta Sendero Luminoso, tras comprobar que las conminaciones a la rendición y la advertencia de que habría un asalto eran respondidas con insultos, cánticos y fuego de los asediados.
El ataque se produjo entre constantes explosiones en el penal y el tableteo de armas automáticas por ambas partes. Con anterioridad, un grupo de mujeres presas se había entregado a las fuerzas de seguridad.
Fujimori pretende acabar con sendero luminoso en un plazo de dos a tres años, y ésta es la primera muestra de su decisión de reducir a los terroristas por la fuerza. Pero el grueso de la guerrilla se halla más allá de los muros del penal, en los cinturones de miseria que rodean Lima.
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