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"Escrivá amenazó con deshonrarme si hablaba mal del OPUS", dice Carmen Tapia

"Sabe más del mundo una carmelita descalza que un numerario del Opus. María del Carmen Tapia, nacida en Cartagena hace 67 años permaneció en el Opus como numeraria entre 1948 y 1966, donde desempeñó cargos de relevancia y llegó a trabajar directamente con el fundador. Ahora ha contado esos 18 años de su vida en un escabroso libro. Y recuerda lo que le dijo Escrivá antes de dejar la organizacion: "Si yo me entero que dices algo peyorativo de la Obra, yo, que tengo la red de prensa mundial en mis manos, te deshonraría públicamente".

Una de las partes más duras del relato de María del Carmen Tapia, católica convencida y de suaves modales, se refiere a sus últimos meses en el Opus. Tras nueve años en Venezuela como directora regional de la sección de mujeres, fue llamada a Roma por el fundador. La situación fue especialmente tensa y le llegaron a quitar la documentación. Cuenta cómo sufrió varios meses de encierro e incomunicación total en las dependencias del Opus con humillantes, interrogatorios, y cómo, cuando pidió volver a Venezuela, donde se había nacionalizado, oye todo tipo de insultos de la boca de un Escrivá furioso: "¡Eres una mala mujer, una ruin, una hez!". "Me llamó de todo; puta y puerca. Pero nunca me dijeron nada concreto, qué era lo que había hecho mal. El Opus ha usado los mismos métodos que, cualquier secta o gobierno represor para mantener la fidelidad a los principios de la institución: la amenaza con la descalificación personal".María del Carmen Tapia, que vive desde 1989 en Santa Bárbara (California, EE UU), en cuya universidad trabaja, resume. el libro, que le ha costado 12 años escribir, como la historia diaria de una mujer dentro del Opus. Cuenta que tuvo que a abandonar su trabajo en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas para convertirse en una especie de sirvienta que debía consultar cada paso con sus superiores y someterse a la disciplina del cílicio dos horas diarias.

Dólares en la faltriquera

"Hay algo en el libro en lo que nadie suele reparar, y que es muy importante" aclara María del Carmen Tapia. "La utilización de miembros del Opus, sin ellos saberlo, para sacar divisas de España hacia Italia. Yo misma lleve en un viaje, en una faltriquera que me habían dicho que no abriera, miles y miles de dólares". En el libro (titulado Tras el umbral y que acaba de publicar Ediciones B) escribe: "Cuando pienso en ello me doy cuenta de que crucé las fronteras, de tres países con aquel puñado de dinero sin saberlo. No es que me irrite solamente, es que me espanta que el Opus Dei utilice a sus miembros como marionetas violando leyes internacionales".Esta mujer, que tiene actualmente nueve primos dentro del Opus sigue confiando en la Iglesia: "Es que Dios no tiene nada que ver con el Opus. Cuando entré, la Obra me pareció el camino por el qué Dios me llamaba a una vida de entrega. Cuando salí, y con la perspectiva de los años me intrigaba sóciológicamente su significado. Me di cuenta de que no es un culto, sino que encaja perfectamente en la definición de una secta que practica el culto fanático al líder, a Escrivá de Balaguer, incluso en vida". Su declaración no ha sido admitida en el proceso para la beatificación de Josemaría Escrivá de Balaguer, que culminará el próximo día -17- con la ceremonia en Roma.

Sobre el fundador, María del Carmen Tapia cuenta distintas anécdotas: "Aunque decía que era un siervo de Dios se estuvo labrando en todo momento una aureola de santidad. Nos repetía que la gente nos envidiaría por haber tenido la oportunidad de conocerle. Sobre su soberbia hay mil ejemplos. Aunque tuviera invitados importantes a comer nunca permitía que sirvieran a nadie antes que a él. En todo caso, a la vez; tenía que haber dos doncellas".

Sobre los modales de Escrivá, detalla un episodio: El enfado con una numeraria de 21 años. El fundador del Opus le gritó:, "A ésa cójanla, levántenle las faldas, bájenle las bragas y denla en el culo, -¡¡en el culo!!, hasta que hable. ¡¡¡Háganla hablar!!!".

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