Los socialistas del 'grupo de Ávila' no se volverán a reunir, al menos, hasta después de la jornada de huelga del día 28

Los dirigentes del PSOE que inauguraron la última semana de marzo unas jornadas de reflexión política en la localidad abulense de Las Navas del Marqués han decidido congelar la iniciativa, al menos, hasta después de la jornada de huelga del próximo 28 de mayo. Sus planes se han quebrado en cierta medida ya que, cuando tomaron la iniciativa, preveían una etapa de cierta calma entre el Gobierno y el mundo sindical, que se vino abajo días después con el decreto que recorta el subsidio de desempleo.Varios asistentes a la reunión reconocen que su iniciativa ha levantado ciertos resquemores en la dirección socialista, aunque se sienten tranquilos al haber obtenido el beneplácito previo de Felipe González a través de uno de los convocantes, Paulino, Barrabés. En tan sólo cinco semanas la idea que partió de dirigentes históricos del PSOE -para reflexionar sobre el partido y sus relaciones con la sociedad sobre todo con los sindicatos- se ha quebrado por la virulencia que ha tomado el enfrentamiento entre Gobierno, partido y sindicatos.

Asistentes a esta reunión aseguran que no entienden los nervios de algún miembro de la ejecutiva, ya que su iniciativa no pretende ser en absoluto una "conspiración". Por el contrario, afirman que los promotores tuvieron cuidado en la selección de las personas para que no hubiera duda de que ninguno de los asistentes tenía que ver con "guerrismos, o antiguerrismos" ni con hipotéticos, sucesores del líder socialista, Felipe González. A este respecto afirman que en absoluto se habló de la sucesión del líder socialista.

Los promotores fueron Paulino Barrabés, los hermanos Ángel y José Martínez Cobos, y Carmen García Bloise, todos ellos procedentes del exilio francés y cuya actuación fue decisiva para que González sustituyera a la ejecutiva de Suresnes encabezada por Rodolfo Llopis.

Fueron ellos quienes elaboraron la lista de asistentes, entre los que figuran Jesús Quijano, secretario general del PSOE de Castilla y León; presidente de la Comunidad Valenciana; y Javier Solana, ministro de Educación.

Paulino Barrabés obtuvo personalmente el visto bueno de Felipe González una vez que le comunicó esta iniciativa. Estas fuentes indican que Felipe González fue informado de que probablemente asistirían a la reunión destacados miembros de la ejecutiva de UGT, lo que finalmente no sucedió "por indicavión expresa de los máximos dirigentes del sindicato", según aseguran asistentes a la reunión.