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EL DOS DE MAYO

Leguina y el alcalde comen croquetas

Álex Grijelmo

El alcalde se vistió con chaleco, pero allí estaba, en la fiesta de Joaquín Leguina. No exactamente en la fiesta de su cumpleaños, sino en la fiesta propia de Leguina (en el reparto de competencias, el Dos de Mayo lo organiza la Comunidad, y San Isidro siempre estuvo transferido al Ayuntamiento). El chaleco extraña en José María Álvarez del Manzano, a diferencia de lo que ocurría con Enrique Tierno. Pero tal innovación no sirvió para quitarle el frío. Cuando marzo mayea, mayo marcea. Y aunque ahora está marceando, Álvarez del Manzano hizo el esfuerzo de acompañar al presidente regional en la recepción celebrada ayer al aire libre en el patio del palacio de Maudes. A su antecesor, Agustín Rodríguez Sahagún, le costaba más trabajo.

Estos festejos suelen reflejar, si se les mira desde lo alto de las escaleras, las tensiones y las pasiones de la política.

Así que Alvarez del Manzano se puso el chaleco y acudió, porque en el fondo se lleva bien con Leguina. Le cae simpático. "Le ves que tiene algo detrás, que es un abertzale [patriota] de la política, en el buen sentido, claro". En la recepción, los dos conversaron un ratito, pero como había más gente no pudieron comentar las últimas declaraciones del presidente regional ("no me presentaré a la reelección"). Después, Leguina diría que quiere ver al alcalde sentado, y no de pie, como se encuentran últimamente. Y el alcalde está dispuesto.

Entre los tres centenares de asistentes se veía a varios ex altos cargos. Por ejemplo, los ex ministros José Barrionuevo, Carlos Romero, Joaquín Almunia... antiguerristas que se saludaron contentos en la fiesta de su amigo Joaquín. Teófilo Serrano, secretario general del PSOE madrileño, repartía sonrisas. Bastante más lejos -fisica y políticamente- paseaba entre los Invitados, con cierto aire de sonámbulo, José Acosta, presidente de la Federación Socialista Madrileña, acompañado de su baluarte Pedro Castro, alcalde de Getafe. Faltó Juan Barranco, lo que dificulta notablemente la tarea de establecer su actual ubicación.

Algunos le dijeron a Leguina "no te vayas". Y como no asistió ningún ministro, se frustraron los perversos augurios de que alguien acudiera a decirle "no te vengas".

En los corrillos de la oposición, Alberto Ruiz Gallardón, portavoz del PP en la Asamblea saluda a su correligionario Ángel Matanzo. El concejal luce una elegante capa castellana azul oscura, elaborada en Seseña (Toledo). El vuelo de la hombrera alardea bordados de hilo fino. "No descansaré hasta verte donde tienes que estar", le dice Matanzo al portavoz. "Ángel le responde el diputado, "tú sabes lo que yo te aprecio... y además que soy de los que lo dicen". Y los dos se abrazan ante un fotógrafo. Y Ruiz Gallardón pide que le envíen la foto (el redactor gráfico responde: "Bueno, son 5.000).

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El portavoz del PP va comentando lo que todos llevan de boca en boca (además de las croquetas): la anunciada retirada de Leguina. "De aquí a cuatro años, quién sabe...".

Jaime Lissavetzky, consejero de Educación, habla de fútbol con el ex secretario de Estado Alfredo Pérez Rubalcaba cada vez que se encuentran. Por ejemplo, cada vez que se encuentran en el Bernabéu, lo que sucede a menudo. Algunos otros aficionados se acercan al consejero para aventurar el final de la Liga. Todos son madridistas y sonríen.

Entre concejales, consejeros, parlamentarios, diputados regionales, militares, alcaldes de pueblo, guardaespaldas, periodistas y amiguetes, poca gente de la farándula y del arte. Sancho Gracia, Curro Giménez, saluda a unos cuantos. Valerio Lazarov, directivo de Tele 5, charla con Leguina. Hasta que alguien les interrumpe (en estos festejos nunca se terminan las conversaciones).

A media fiesta circula ya una frase que se atribuye al polémico Matanzo, el concejal a quien el alcalde -que en ese momento charla con Leguina- ha pedido repetidas veces que modere sus declaraciones. Un camarero le había acercado una bandeja con unas apetitosas croquetas redondas. Y el edil, que repartía bromas, le espetó sin pensarlo: "De eso sí que hay mucho aquí: pelotas".

Era, seguramente, su forma de dar nombre a las relaciones públicas.

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Sobre la firma

Álex Grijelmo
Doctor en Periodismo, y PADE (dirección de empresas) por el IESE. Estuvo vinculado a los equipos directivos de EL PAÍS y Prisa desde 1983 hasta 2022, excepto cuando presidió Efe (2004-2012), etapa en la que creó la Fundéu. Ha publicado una docena de libros sobre lenguaje y comunicación. En 2019 recibió el premio Castilla y León de Humanidades

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