La CE y la EFTA firman el acuerdo para crear el mercado único en las grande del mundo
La Comunidad Europea y los siete países de la EFTA (Austria, Suecia, Finlandia, Noruega, Suiza, Islandia y Liechtenstein) firmaron ayer en Oporto el acuerdo para crear un mercado único que aglutinará casi la mitad M comercio mundial. El llamado Espacio Económico Europeo va mucho más allá de una simple zona de libre cambio, dado que suprimirá barreras comerciales, técnicas y fiscal entre 19 países. Este marco económico será además la antesala para el ingreso pleno en la CE, y se abrirá en el futuro a algunos países del Este.
A las cinco y media de la tarde de ayer, en el Salón Árabe del Palacio de la Bolsa de Oporto, los ministros de Exteriores o de Comercio Exterior de los Doce y de los Siete estamparon su firma en un acuerdo que comenzó a negociarse hace tres años. La ceremonia, prevista inicialmente para el próximo día 11 en Bruselas, fue adelantada y trasladada para dar a la presidencia portuguesa de la CE una oportunidad de rentabilizar su semestre de gestión en campo propio.
El objetivo es que el espacio económico europeo nazca el próximo: uno de enero, coincidiendo con la creación del mercado único, de la CE. La Europa económica sin fronteras pasará así del 40% al 47% del comercio mundial y aglutinará 380 millones de consumidores en lugar de los 345 millones de ciudadanos comunitarios. Antes de su entrada en vigor, el acuerdo deberá ser ratificado por el Parlamento Europeo y los parlamentos nacionales de los Doce y de los siete países de la EFTA. En Suiza será necesario realizar un referéndum y las previsiones más optimistas apuntan a que el proceso de ratificación no estará concluido por completo al menos hasta marzo del próximo año.
El acuerdo, aunque es de duración indefinida, fue concebido como una fase de adaptación al posterior ingreso en la Comunidad de los países nórdicos de Europa. Pero durante el proceso de negociación Austria, Suecia y Finlandia decidieron ganar tiempo y tienen ya presentada su candidatura oficial de adhesión. Noruega puede decidir en unos meses seguirles los pasos y hasta el Gobierno de la neutral Suiza, repaldado por una opinión pública mayoritariamente favorable, se. plantea en serio el tema.
La ampliación de la Comunidad es el principal reto de los Doce una vez se logren los acuerdos para poner en marcha el Tratado de Unión Europea. El ingreso de socios de la EFTA dejará el acuerdo vacío de contenido. y limitado geográficamente. Aun así, "este marco seguirá siendo válido", afirman fuentes comunitarias. La Comisión Europea trabaja sobre el proyecto de conservar el Espacio Económico Europeo como la antesala futura para aquellos países del Este que lleven adelante con éxito las reformas democráticas y la adaptación de sus economías.
Difícil negociación
Cuando hace poco más de tres años el presidente Jacques Delors lanzó proyecto, "la extensión de los beneficios del mercado único a los socios naturales de la CE" pareció una negociación fácil. El acuerdo comenzó a explorarse en marzo de 1989, bajo presidencia española, y todo el mundo apostaba a que podría concluirse en menos un año. El primer acuerdo e logró el pasado 22 de octubre, pero el Tribunal de Justicia de la CE obligó a renegociar el mecanismo para resolver conflictos, porque no se garantizaba la autonomía del derecho comunitario.
El ministro alemán Hans-Dietrich Genscher, tras asistir en Oporto a la firma del acuerdo con la EFTA, en la cena de despedida como ministro de Asuntos Exteriores que le ofrecieron anteayer en Guimarâes sus colegas comunitarios, brindó por el ingreso en la CE de todos los países europeos.
Compensaciones por la invasión nórdica
España es el país de la Comunidad, Europea (CE) que más problemas ha planteado durante las largas negociaciones para lograr el acuerdo ahora alcanzado con la EFTA. La obtención de compensaciones por la apertura total de nuestras fronteras a los productos nórdicos fue la causa de esta postura de dureza, aunque al final el Gobierno tuvo que acabar cediendo.El beneficio más importante será el derivado de las concesiones agrícolas hechas por la EFTA. Las ventajas para las exportaciones de cítricos, fresas y vino, tres productos básicos en la agricultura española, permitirán aumentar nuestras ventas en unos 75.000 millones de pesetas al año. Ello servirá para aliviar un déficit comercial creciente español, que ascendió en 1990 a 231.970 millones de pesetas. España exportó a la zona EFTA por valor de 244.991 millones, pero importaciones se elevaron 476.961 millones de pesetas.
La EFTA coloca más del 60% de sus exportaciones en la Comunidad e importa el 27% de las ventas globales de los Doce. Para la CE estos intercambios representan un sustancial superávit, pero en el caso de España la situación es la inversa. Compramos más del doble de lo que vendemos a la EFTA y el conjunto no llega al 10% de nuestro comercio. Este desequilibrio impulsé a España a poner el acento, en un fondo de solidaridad como compensación para abrir nuestros mercados. La solicitud inicial de una ayuda de 260.000 millones de pesetas al año -la mitad iría en beneficio de nuestro país- se ha quedado reducida a esa misma cantidad para cinco años, a repartir con Portugal, Grecia e Irlanda. Las tres cuartas partes de ese fondo, además, se harán en forma de préstamos al 3% anual con dos años de carencia.
Con la sea pasé algo parecido. España exigió al principio 90.000 toneladas anuales de bacalao en aguas noruegas, pero el acuerdo final prevé 6.500 toneladas en 1993, que se incrementarán asta 11.000 toneladas en 1997. Ese cupo habrá que repartirlo con Portugal. Los emigrantes españoles tendrán, a partir de la ratificación, los mismo derechos laborales que los nacionales de la EFTA. Esa ígualdad de trato se aplicará a los 9 .000 españoles que trabajan ahora en Suiza y Liechtenstein, pero los que vayan de nuevas a estos dos países tardará cinco años en poder disfrutar del privilegio.
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