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Entrevista:

"El guerrismo se ha plegado al Gobierno ante la huelga convocada por sindicatos"

Luis R. Aizpeolea

Manuel de la Rocha, dirigente de Izquierda Socialista (IS), el único sector del PSOE que ha roto el apiñamiento entre Gobierno y partido ante la convocatoria de huelga lanzada por los sindicatos para el 28 de mayo, argumenta que el Ejecutivo ha cerrado la salida a UGT y CC OO al decidir por decreto el recorte del subsidio de desempleo. Sin embargo, cree que los sindicatos deben negociar y critica a UGT por considerar que "da lo mismo un Gobierno que otro". Opina, también que el aparato del PSOE se ha plegado al Ejecutivo ante el reto sindical por mantener sus parcelas de poder interno.Pregunta. ¿Cúal es su posición ante el plan de convergencia presentado por el Gobierno y el decreto de reducción del subsidio de desempleo?

Respuesta. El problema es qué tipo de modelo de convergencia queremos. Nuestro acercamiento a las cotas económicas de la CÉ no puede hacerse a costa de ampliar las diferencias sociales. El Gobierno no debe apostar por un recorte drástico del déficit público, de un 1%, cuando Europa no exige una reducción más allá del 3%. El Gobierno deber a ser más flexible, porque en 1996 Europa se va a replantear sus objetivos. El Gobierno tampoco debe renunciar a la utilización del sector público, puesto casi en almoneda, y debe ir a un acuerdo básico sobre las ofertas salariales. Sobre esta base, se puede llegar a acuerdos con los sindicatos. Pero en ningún caso el proceso de convergencia debe suponer un recorte del gasto de protección social.

P. ¿Con quién está IS ante la convocatoria de huelga general, con los sindicatos o el Gobierno?

R. Ante la decisión no negociada por el Gobierno de reducir drásticamente el subsidio de desempleo, es difícil que los sindicatos tengan otra alternativa. Pero los sindicatos deben estar dispuestos a sentarse a negociar con el Gobierno. La retirada del decreto no debe ser condición previa para hacerlo. El problema del incremento del Inem deriva de la rotación de los contratos. Sorprende la obsesión de Solchaga por la desrregulación de las relaciones laborales que desprotege más a los trabajadores. Un Gobierno socialista tiene que, proteger las conquistas sociales de los traba adores y los sindicatos.

P. La huelga general, en las condiciones de hoy día, ¿no puede favorecer al primer partido de la oposición, al PP?

R. Hay que reconocer que hoy la derecha está más potente que el 14-D de 1988. En Europa corren vientos más liberales, pero en España hay un Gobierno socialista y es muy grave que se enfrente con las bases que le votan. Los trabajadores no votan al PSOE para barrer a los sindicatos, sino para que negocie con ellos. Por eso las últimas decisiones del Gobierno favorecen el avance de la derecha, por el distanciamiento del PSOE de sus bases. Si al final no se llega a un acuerdo y se celebra una huelga, en la medida en que se ahonda la ruptura del PSOE con sus bases sin alternativa por la izquierda, reconozco que favorece a la derecha.

P. ¿Cree que la huelga puede abrir fisuras en el Gobierno?

R. El Gobierno no es homogéneo, pero el sector que representa Solchaga, y que dispone del aval del presidente del Gobierno, se ha impuesto sobre otros sectores con más sensibilidad social, como el guerrismo o el felipismo social.

P. ¿Y en el partido?

R. El sector que rodea a Alfonso Guerra, que en privado hace duras críticas del liberalismo de Solchaga, se ha plegado, una vez más, al Gobierno para consolidar su cuota de poder interno en el partido.

P. ¿Qué resultados prevé para esta huelga en comparación con la del 14-D de 1988?

R. Las condiciones económicas y sociales son totalmente distintas. En el 88, los trabajadores tenían conciencia del crecimiento de la economía y protestaron por el reparto desigual del crecimiento. Hoy, con un momento bajo del ciclo económico, lo que los trabajadores ven es que la Europa que se les había planteado como una mejora de la calidad de vida significa nuevos sacrificios. El apoyo que tenga la huelga, si se celebra, será el de la gente que no quiere que haya más sacrificios.

P. ¿Qué consecuencias prevé tras este conflicto?

R. Este conflicto muestra la necesidad de contar con un ala izquierda dentro del PSOE para lo que debe contar con un fuerte apoyo sindical. Como no comparto la tesis de que el PSOE puede prescindir de los sindicatos para hacer una política progresista, tampoco comparto la tesis de UGT de que es igual que gobierne cualquier partido.

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