Durán Lóriga : "La ópera es una provocación que rompe todas las barreras "

Timón de Atenas, ópera de cámara en dos actos, con libreto de Luis Carandell (Barcelona, 1929) a partir de la obra del mismo título de Shakespeare y música de Jacobo Durán Loriga (Madrid, 1958), se estrena hoy en la sala Olimpia de Madrid, donde también se representará los días 26, 28 y 30 de abril y 2 de mayo. "En la ópera nada funciona mejor que los mitos y grandes tragedias. Cantar 'tráeme un vaso de agua' no va a ninguna parte" dice el compositor.

"En los sesenta y los setenta, se pensaba que la ópera había muerto", opina Durán Loriga. "Es una cuestión debida al purismo en la composición de esos años, pero la ópera no es purista sino una provocación que rompe todas las barreras. A lo largo de la historia, los grandes estilistas de la música -Bach, Brahms, Webern- no han escrito óperas. Actualmente, la estética de fin de siglo, o de fin de milenio si se quiere, favorece la mezcla de estilos pasados y antiguos e incluso de diferentes etnias. Yo me encuentro muy a gusto jugando con elementos diversos y reinventados que te permiten alternar seudomodos griegos con una orquesta de jazz". Un grupo de jazz no tonal toca, en efecto, desde detrás del escenario al final del primer acto de Timón de A tenas. Sus sonidos se superponen a los 20 instrumentistas del foso, entre los que llama la atención la presencia de tres clarinetes que, unidos a un arpa, le sirven a Durán Loriga para identificar el sonido de los dioses.

El compositor madrileño pensaba componer un ciclo de canciones basadas en los monólogos de Timón de Atenas, de Shakespeare, cuando le llegó el encargo de la ópera. "Me atraía el aspecto imperfecto de Timón, su carácter de no acabado. He buscado no hacer retratos psicológicos, sino ilustrar situaciones; mi acercamiento es más bien conductista y potencia los contrastes con escenas que se abren y cierran en sí mismas, como en la ópera de números", dice Durán Lóriga.