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SEVILLA EXPO´92

Aranguren dice que la utopía de Don Quijote inicia la modernidad

Andrés Fernández Rubio

José Luis Aranguren presentó ayer por la tarde, en el pabellón de España de la Expo, una ponencia sobre la seducción de la utopía en Don Juan y Don Quijote, con la que dio comienzo un ciclo de una decena de actividades culturales alrededor de ambos personajes literarios. Aranguren considera que Cervantes "nos introduce en la modernidad" filosóficamente hablando, con El Quijote, ya que pone el acento en la realidad interna del personaje.

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Las jornadas forman parte de un proyecto de Maurizio Scaparro, el director teatral italiano que ayer presentó en el teatro Lope de Vega de Sevilla su montaje para la Expo basado en el Quijote e interpretado por Josep María Flotats y Juan Echanove.En opinión de Scaparro, que junto al director de la Real Academia Española, Fernando Lázaro Carreter, participó en el acto junto a Aranguren, "es bonito hablar de utopía en esta época de la caída de las ideologías, donde parece que la única regla es la del mercado". Una posible salida a esta situación, según Scaparro, es la fantasía. Para Lázaro Carreter, Don Quijote es el más audaz proyecto de la utopía de la libertad.

Don Quijote encontró una extraña vía de paso de la utopía a la realidad, dijo Aranguren, pues vivió una existencia de carácter mítico, "vivió la realidad como si realidad y mito no fueran opuesto?. La interiorización de la realidad, el que lo que importe sea la realidad interna, es la novedad filosófica de Cervantes, dice José Luis Aranguren, para añadir que, consecuentemente, "el idealismo filosófico es una creación de Cervantes a través de Don Qu¡jote".

Aranguren considera que el hombre andante como Don Quijote, que camina vida arriba, vive en la imaginación del futuro, "un futuro quizás irrealizable en su plenitud (utopía), pero al que cabe encaminarse y acercarse". "Y en mayor o menor medida todos somos, o deberíamos ser" añade Aranguren, "andantes hacia la libertad y la utopía del futuro. Imaginación utópica que puede ser personal, y la moral como perfección es su concreción, y también colectiva, a lo que yo suelo denominar democracia como moral".

La seducción de la utopía de Don Quijote es eminentemente teatral, explicó ayer el filósofo, "porque no sólo es el,creador de un escenario, y el autor de la obra, sino también el actor princípal". En la segunda parte del Quijote esto cambia, ",otra genialidad de Cervantes", ya que la utopía queda atrás, el honor de Don Quijote está fijado y éste se limita a seguir representando, en unos escenarios montados y dirigidos por otros: él ya sólo es el actor. Del idealismo se.pasa a otra cosa, que tiene que ver más con el Barroco.

Los actos sobre Don Juan -y Don Quijote iniciados ayer incluyen hoy la lectura, por parte de Josep Maria Flotats, de fragmentos del Don Juan de Moliére durante un homenaje dedicado a Antonio Vitez en el que intervendrán George Banu, Joan de Sa-garra y Renzo Tian.

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