Recogida de firmas para un referéndum que amplíe los poderes de Yeltsin

Unas 30.000 personas se reunieron ayer en la plaza de Manézhnaya, junto al Kremlin, para apoyar la política del presidente de Rusia, Borís Yeltsin, y comenzar a recolectar el millón de firmas necesario para convocar un referéndum. La consulta haría posible que el pueblo ampliase directamente los poderes extraordinarios de que goza su líder, y que en días pasados fueron cuestionados por el Parlamento, que finalmente tuvo que ceder.

Los poderes extraordinarios de Yeltsin -posibilidad de gobernar por decreto y de nombrar a los miembros del Gabinete sin consultar con el Parlamento- deben cesar teóricamente dentro de unos tres meses, cuando, de acuerdo con una resolución del Congreso de los Diputados o macroparlamento, el Legislativo apruebe la Ley sobre el Consejo de Ministros.Esta resolución motivó hace 10 días la dimisión del Gabinete en pleno, desencadenando una crisis que sólo fue solucionada después de que el Parlamento aprobara una declaración en apoyo de las reformas radicales que está realizando el equipo económico del Gobierno.

Los manifestantes se congregaron en la Casa Blanca, sede del Parlamento ruso, y luego marcharon hasta las murallas del Kremlin, donde se realizó el mitin. A pocos metros, en las puertas del Museo de Lenin, los neocomunistas organizaron una pequeña contramanifestación.

Aunque los partidarios de Yeltsin concuerdan en la necesidad de realizar un plebicisto, aún no hay acuerdo sobre su fórmula y los temas que debe incluir.

El copresidente del movimiento Rusia Democrática, padre Gleb Yakunin, opina que, además de concederle poderes extraordinarios a Yeltsin, el pueblo debe votar por la "congelación de las actividades del Congreso de Diputados y del Sóviet Supremo durante un año".

Yuri Chernichenko, líder del Partido Campesino, piensa, en cambio, que hay que someter a referéndum el proyecto de una nueva Constitución de tipo presidencialista.

Otros sostienen que en el plebiscito también debe figurar una fórmula que permita la propiedad privada sobre la tierra, ya que el Congreso de los Diputados se negó a cambiar las actuales cláusulas al respecto.