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Seguir al líder

( ... ) El partido que heredó Neil Kinnock en 1983 era cismático internamente, arcaico ideológicamente y prisionero de sus propias tradiciones. ( ... ) Kinnock renovó el partido hasta el punto de poder ganar un tercio de los votos en unas elecciones generales. Merece la gratitud de su partido y el respeto de su país. ¿Será su sucesor capaz de basarse en semejante logro? Incluso antes de su dimisión, el viejo fantasma del laborismo, la desunión, amenazaba con estallar. ( ... ) John Smith ya ha ganado el apoyo de lo mejor de la generación del sucesor; ( ... ) sólo oponentes de segunda y tercera fila parece que vayan a oponérsele. ( ... ). Pero el calendario de la dimisión de Kinnock lo eligió él, no Smith. Kinnock no se va a ir ya. Anunció que se quedará hasta la segunda mitad de junio, dejando tiempo para un corto e intenso periodo de debate. ( ... ) Kinnock recuperé a su partido de la izquierda, pero aún le quedan muchos estigmas. Uno es el colegio electoral que elige a su sucesor. El 40% de los votos es de los sindicatos y sólo el 30% de los parlamentarios laboristas y los distritos electorales laboristas. Ésta no es manera de elegir un líder. Los sindicatos son todavía más fuertes en la conferencia del partido, en la que sus votos dominan. ( ... ) Las decisiones claves estarán otra vez en manos de los barones de los sindicatos, empezando por la elección del líder. ( ... ) Si el Partido Laborista continúa aceptan do su dominación tiene que seguir aceptando la derrota-.(...)14 de abril

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